Había curiosidad por conocer los resultados de Oracle del trimestre febrero-mayo, por ser el último del ejercicio 2010 y también por ser el primero en el que se han consolidado las cuentas de Sun Microsystems, la controvertida compra que tuvo que esperar nueve meses la bendición de las autoridades. Su contribución a los resultados de la matriz resulta ser la parte no satisfecha de la curiosidad: contablemente, 91 millones de pérdidas, pero el director financiero dejó caer: “de haber funcionado por separado, Sun hubiera sido rentable estos tres meses”. Conviene centrarse en otro aspecto de las cifras publicadas: ¿reflejan una recuperación de la demanda de software?
Sí. Oracle ha sabido sortear la recesión. Sus ingresos totales en el trimestre (9.510 millones de dólares) han supuesto un incremento del 39% sobre el mismo período de 2009, y cierran el ejercicio con 26.820 millones (un 15% más que el anterior). En cuanto a los beneficios, fueron de 2.360 millones de dólares trimestrales y de 6.135 millones en el año fiscal 2010. Pero el dato más sugerente es otro: las ventas de nuevas licencias subieron un 14% en el trimestre y un 6% a lo largo de doce meses, mientras las actualizaciones y soporte – la mitad de los ingresos de la compañía – aumentaban un 11%. Para el trimestre en curso, Oracle ha estimado una horquilla llamativamente amplia: entre el 2% y el 12% de ingresos por nuevas licencias.
Con la ferocidad competitiva que es marca de la casa, en la presentación de resultados se repitieron dos obsesiones rituales: “una vez más, hemos arrebatado cuota de mercado a SAP”, “algunos grandes clientes de IBM han empezado a comprar Exadata [la máquina de bases de datos de Oracle] en lugar de los servidores de aquella”. Claro está que los competidores dicen lo contrario, pero ahí queda eso. Poco más se podría decir acerca del trimestre, de manera que veamos cómo va la asimilación de Sun, por la que Oracle pagó 7.400 millones de dólares, birlando la novia a IBM.
Es conocido que Oracle tiene la habilidad de convertir rápidamente en rentables sus adquisiciones de compañías de software, pero esta vez es diferente, por tratarse de una empresa con importantes activos de hardware, lo que obliga a una inflexión de la estrategia. A despecho de las especulaciones iniciales, Oracle mantendrá esa dualidad; pero regir una empresa de hardware con la misma lógica del software puede desatar el descontento de muchos usuarios, y no faltan zorros en el gallinero. Durante los largos meses de espera de la aprobación regulatoria, IBM se lanzó a captar clientes que fueron de Sun, aparentemente con éxito. Por otro lado, según cuentan los analistas, en los últimos meses el nuevo propietario ha conseguido irritar a usuarios y partners, al elevar el precio de los servicios de soporte y alterar la estructura de los contratos.
El informe de Gartner sobre el primer trimestre, publicado a finales de mayo, indicaba que las ventas de servidores Sun han bajado un 38,7% interanual en valor y un 29,5% en unidades, en un período de ascenso, y su cuota del mercado mundial se degradó en beneficio de los competidores. Otro asunto que puede dar noticias en el futuro es el hecho de que HP y Dell, que durante años tuvieron a Oracle como partner de software, lo ven ahora como un competidor directo.
El encaje organizativo de Sun plantea otros problemas. A principios de junio, la compradora comunicó a la comisión de valores de Estados Unidos su intención de aplicar recortes de plantilla adicionales en Europa y Asia que, según sus cálculos, implicarán costes de reestructuración de entre 675 y 825 millones de dólares en sus resultados de 2011. Ocurre que Ellison había negado enfáticamente en enero que fuera necesario ir más allá del millar de despidos, cuyo coste cifró en 325 millones de dólares.