Ha dicho Eric Schmidt, chairman de Google, que todo se debe a la envidia: “nuestros competidores tienen que recurrir a los tribunales porque no pueden responder con innovaciones”. Se refería así al fallo preliminar que da la razón a Apple contra HTC en una denuncia por infracción de dos patentes. Google no es parte directa en este litigio, pero por primera vez ha respaldado públicamente a uno de los fabricantes que usan el sistema operativo Android: “haremos todo lo necesario para que HTC no pierda esta batalla” [y que la pierda Apple, se entiende]. Más allá del perjuicio para su aliado, las consecuencias podrían afectar a la credibilidad de la plataforma Android.
En el singular sistema estadounidense de patentes, cuando el titular de una patente considera que han sido violados sus derechos, suele utilizar dos vías paralelas. Una es la judicial propiamente dicha, que suele eternizarse hasta propiciar un arreglo entre las partes. La otra es la ITC (International Trade Commission), mucho más eficaz como medida de presión, puesto que entre sus facultades está la de prohibir la entrada en el país de los productos infractores. Y en una industria cuya producción está radicada en Asia, la amenaza hay que tomarla en serio, aunque sólo se haya aplicado una vez (Broadcom vs. Qualcomm).
Pero la ITC también tiene su modo peculiar de trabajar. Tras la admisión a trámite, gira la denuncia a uno de sus componentes, que asume la cualidad de juez administrativo (sic), cuyos fallos se pueden recurrir ante el pleno de seis miembros. Esto es lo que hará inmediatamente HTC, pero una decisión definitiva no debería conocerse antes de diciembre. Si confirmara la preliminar, el CEO de la compañía taiwanesa, Peter Chou, tendría que aceptar el precio que Apple ponga a las licencias. O, como se verá más adelante, Chou podría contraatacar. Los problemas entre Apple y HTC no son de ayer: en marzo de 2010, la primera denunció la infracción de otras 10 patentes, y la ITC falló en favor de la demandada.
Es sólo uno entre muchos conflictos sobre patentes, en los que es difícil predecir el resultado. Casualmente, el mismo día en que los abogados de Apple recibían la buena noticia, llegaba otra mala: la ICT decidía revocar la decisión inicial que beneficiaba a la compañía en una de las ramas de su prolongado conflicto con Kodak. Recientemente, para evitar una derrota que pareció segura, Apple accedió a un acuerdo con Nokia que ha venido estupendamente a las arcas de la compañía finlandesa. Pero, casi al mismo tiempo, lanzaba otras demandas contra Samsung y Motorola, aún pendientes de resolución.
¿Qué tienen en común estos fabricantes demandados? Que sus smartphones se basan en Android, por lo que la ofensiva legal de Apple constituye una `causa general´ contra este sistema operativo. Aunque Google promueve Android como gratuito y abierto – lo que en principio permite a cada fabricante introducir características propias – esto tiene el inconveniente de que algunos de sus rasgos básicos están (o pueden estar) protegidos por patentes de terceros. Si Apple ganara los contenciosos, forzaría a todos los miembros del consorcio Android a pasar por ventanilla. Y al hacerlo, acabaría con una de las ventajas que tiene Android, su bajo coste industrial.
El especialista Florian Mueller sostiene que de las dos patentes en cuestión, una puede considerarse parte de la arquitectura común a todos los Android. En otro caso distinto, pero que puede verse como antecedente, Microsoft convenció por las buenas a HTC de pagar royalties por sus patentes incorporadas en sus dispositivos: se estima que el precio pactado es de 5 dólares por cada unidad vendida, y que hay negociaciones avanzadas con Samsung y otros fabricantes. Por cierto, ese acuerdo no ha afectado el negocio de HTC, que en el primer semestre de este año ha duplicado sus ingresos y triplica sobre una base semejante. Por ahora, aprovechando la ausencia de un nuevo iPhone, la marca taiwanesa ha vendido 11 millones de smartphones entre abril y junio, dando un salto adelante en el ranking.
Peter Chou tiene otra carta en la mano, y perspicacia para jugarla. HTC acaba de cerrar la compra de la empresa S3 Graphics, que fabrica chips para compresión de gráficos en móviles y consolas, y que tiene varios centenares de patentes a su nombre. Se da la `casualidad´de que esta empresa ha ganado en primera instancia un pleito contra, por lo que es razonable pensar que tras aquella transacción se oculta la voluntad de negociar un acuerdo de licencias cruzadas o, llegado el caso, una tregua entre las partes.Este último asunto tiene cierto truco: S3 Graphics era hasta ahora propiedad de VIA, otra empresa taiwanesa que, mira por dónde, está presidida por Cher Wang, fundadora, primera accionista y chairwoman de HTC.