Gartner ha publicado un informe sobre el mercado de los discos duros en el que toca de refilón la situación de los productos flash. A falta de cifras más precisas, la consultora ofrecía este dato: en cinco años, el número de unidades en estado sólido vendidas se multiplicará 163 veces con respecto a la actualidad. Y los dispositivos SSD son sólo uno de los caminos que ha comenzado a recorrer la tecnología de almacenamiento, como se verá en esta crónica. Basta una semana de visitas a empresas del Silicon Valley para comprender que el escenario está cambiando, con múltiples novedades e inversiones en compañías con distinto grado de madurez. A continuación, la crónica del viaje.
Tal vez la compañía mejor preparada para aprovechar el boom del estado sólido sea PureStorage. Con casi cuatro años en el mercado, y una plantilla de 200 empleados, sus oficinas en Mountain View son un vivo retrato de una startup que ha alcanzado esa fase en la que es obligado dirimir si seguir creciendo autónomamente, salir a bolsa en un día no lejano, o escuchar ofertas de compra que a buen seguro no faltarán.
Sin concesiones, el nombre de Pure Storage se identifica con la tecnología de almacenamiento flash, tanto que ha adoptado como lema publicitario un ´flash for all´ que sus portavoces repiten con contumacia. «Ha sido etiquetada como demasiado cara para desplegarla intensamente en un datacenter corriente – explica Matt Kixmoeller, vicepresidente de producto – pero en los próximos cinco años veremos a muchos clientes convertirse a flash en un 100% o, al menos, en un 50%».
La idea que transmite Kixmoeller es que los datos importantes, normalmente virtualizado, se almacenen en flash, dejando los discos duros para el backup. Tradicionalmente, flash ha encontrado más arraigo asociada a las bases de datos con más necesidad de velocidad, pero está lista para expandirse a propósitos generales. Pure Storage ha presentado su controlador FA-400, de tercera generación, con el doble de capacidad y rendimiento que la anterior.
Esta es su forma de lanzar un envite a los grandes del sector, que han sido parsimoniosos en su adopción de flash. EMC ha comprado la compañía israelí XtremeIO casi al mismo tiempo que IBM compraba Texas Memory. HP ha presentado recientemente su oferta AFA (all flash array), con lo que puede decirse que la tecnología basada en el estado sólido ha ganado el respaldo de la industria. Pure Storage ha abierto oficinas en Londres y Amsterdam con vistas a su expansión en los mercados europeos.
También Scality, fundada en San Francisco por el emprendedor francés Jérôme Lecat, gana terreno con su propuesta de object storage, en la que la información se almacena en contenedores identificados de manera única, en lugar del sistema convencional de ficheros, de manera que permite la gestión de grandes volúmenes de datos. Según Lecat, «la mayor parte del almacenamiento se basará en tecnología object storage en dos años y creo que será obligatorio para toda compañía de almacenamiento tener un producto de este tipo [las compañías tradicionales] desarrollarán sus propios productos o bien adquirirán una especializada», apunta Lecat, que recientemente ha completado una ronda de financiación adicional por 22 millones de dólares.
Scality comercializa su Scale Out File System en Estados Unidos y Europa, entre una clientela consciente de los problemas de alcanzar cotas superiores a los 5 petabytes. Pero la facilidad para acceder a los datos tratándolos como objetos, y la eficiencia en su almacenamiento, no siempre bastan para convencer a clientes potenciales que tienen asumido en sus presupuestos el coste anual de almacenar un volumen creciente de información.
No son estas, ni mucho menos, las únicas propuestas para optimizar el funcionamiento de los centros de datos, que de esto se trata en definitiva. CloudByte es una startup centrada en el almacenamiento definido por software, categoría en la que VMware ha entrado desde su perspectiva de virtualización. La compañía, que funciona a caballo entre Silicon Valley e India, está presente en el mercado asiático, por ahora dominante en su negocio. Ha captado financiación de Fidelity Investments, que podría abrir las puertas a nuevas inversiones estadounidenses.
Por el momento, CloudByte está mirando a dos tipos de clientes. Uno son las empresas en general, donde su vicepresidente de ventas, Satyendra Dhingra, ve «un ambiente dinámico para adoptar estas soluciones». Su gran mercado son los proveedores de cloud, a los que facilita la gestión de aplicaciones con diversas cargas de trabajo en los centros de datos. Combina almacenamiento en disco y en flash, al contrario que otras compañías centradas en la segunda tecnología.
Por el momento, CloudByte está mirando a dos tipos de clientes. Uno son las empresas en general, donde su vicepresidente de ventas, Satyendra Dhingra, ve «un ambiente dinámico para adoptar estas soluciones». Su gran mercado son los proveedores de cloud, a los que facilita la gestión de aplicaciones con diversas cargas de trabajo en los centros de datos. Combina almacenamiento en disc y en flash, al contrario que otras compañías centradas en la segunda tecnología.
Las tendencias se diversifican. Otra perspectiva que se observa dejar de lado la optimización del almacenamiento de datos para hacer algo con las distintas soluciones que intervienen en el proceso, agilizando de este modo el rendimiento general. A esto se dedica MuleSoft, que propone una solución para integrar todos los endpoints en una plataforma. Su originalidad reside en que permite conectar aplicaciones SaaS y on-premise de distintos proveedores que, de otra forma, necesitaría tener un código específico para comunicarse.
La plataforma única de MuleSoft ha encontrado muy buena acogida en el sector de las telecos, así como clientes en las finanzas y los gobiernos. El negocio va viento en popa, según Chris Purpura, VP de desarrollo de negocio. CloudHub, que así se llama el producto, ha suscitado interés suficiente para que dos empresas hostiles entre sí, como Salesforce y SAP, hayan invertido en MuleSoft: 37 millones de dólares la primera, una cantidad menor la alemana.
Esta diversificación de fuentes de financiación pudiera ser una estratagema para neutralizar intentos de compra no deseados. Durante el encuentro, Purpura dejó caer que se está desarrollando un esquema para salir a bolsa en algún momento del 2014. De momento, el año pasado los ingresos han crecido un 170%, dijo el locuaz vicepresidente.
Desde la startup Firebase ofrecen otro tipo de servicio, en este caso más enfocado a los desarrolladores, a quienes prestan sus servidores para que alojen una aplicación y desplieguen los recursos necesarios a los usuarios de esta. Lo denominan backend as a service, nombrecito con la que se pretende reflejar los cambios en tiempo real que normalmente afectan a una aplicación. Sus planes de suscripción se basan en los picos de conexión, el volumen de almacenamiento y el ancho de banda.
El modelo que propone Firebase a los desarrolladores, sus clientes, tiene como objetivo que puedan desentenderse de la infraestructura de servidores. No es una solución pensada para almacenar grandes volúmenes de datos sino para información estructurada. La tecnología de esta compañía reduce la latencia a su mínima expresión, y aunque se dirige a los servicios web, están preparados para asaltar el mercado de los desarrolladores para móviles.
La explosión de los datos está llegando a la pequeña y mediana empresa, y Western Digital, muy necesitada de hacer evolucionar su catálogo, ha optado por adquirir Arkeia, cuyas soluciones llegan a punto para reforzar su posición en un mercado cuyo crecimiento se estima en el 20% anual, con la particularidad de que los responsables de las pymes buscan muchas veces trasladar su experiencia de almacenamiento como consumidores a la organización.
Para describir la oportunidad, los directivos de Wester Digital explican que «sólo la información digital que se generará cuando con la migración de millones de cámaras de seguridad de los comercios, representa una golosina que no se puede dejar pasar». Por esto, el departamento que era la antigua Arkeia ha lanzado su cuarta generación de appliances para backup, así como la posibilidad de crear una nube en la que la información estará alojada localmente.
Gestionar diferentes soluciones que completan una plataforma de almacenamiento puede ser una tarea complicada, por lo que no extraña que destaquen las propuestas que ponen en primer plano la reducción de la complejidad. En esta ocasión, hubo oportunidad de conocer otra startup, SimpliVity, que ofrece una pieza de hardware que contiene todo lo necesario para guardar y gestionar la información.
El nombre del producto es Omnicube, y físicamente es una caja cuyo precio ronda los 40.000 dólares, que integra todas las capas y recursos que puede tener un sistema completo de almacenamiento: un switch, junto con la solución de virtualización de VMware, se complementa con un appliance de backup que elimina los datos redundantes, optimiza la WAN e incluye software para la recuperación tras un desastre. Se basa en servidores Dell.
Una interesante solución para recuperación de desastres que se puede integrar con Omnicube es la mostrada por Zerto para entornos cloud y de virtualización. El Zerto Virtual Manager despliega pequeñas máquinas virtuales en las que se replica la información en bloque, sin discriminar. «Puede replicar desde el almacenamiento interno al externo, en la práctica, cualquier tipo de almacenamiento», sentencia Gil Levonai, VP de marketing de la empresa.
Según Levonai, esta compañía emergente ha alcanzado cierta popularidad entre proveedores cloud, segmento en el que tiene 130 clientes. VMware se perfila como máximo rival (o, lo que es casi lo mismo, como eventual comprador) a nivel de aplicación en el hipervisor, pero a diferencia de Zerto no ofrece recuperación en caso de desastre. El hecho cierto es que los fundadores de este, los hermanos Ziv y Oded Kedem. vendieron su anterior criatura, Kashya, a EMC (que la rebautizó como RecoverPoint) puede dar una pista acerca de su futuro. Sería una trayectoria nada sorprendente en el sector.
[informe de Pablo G. Bejerano]