23/09/2010

HTC se distancia de la ortodoxia Android

La compañía taiwanesa HTC acaba de presentar dos nuevos smartphones, Desire HD  y Desire Z,  que  en sí mismos no son realmente una sorpresa, porque se inscriben en la continuidad de su línea Android. Eran esperados, por tanto, e incluso conocidos por filtraciones en la blogosfera. En cambio, nadie esperaba el anuncio de un servicio en ciernes, con el que la marca quiere diferenciarse del pelotón de androides y marcar una cierta autonomía con respecto a Google. Esto sí sorprende a quienes conocen la íntima relación de ambas empresas, que desde la primera hora han colaborado en el desarrollo de Android. Sus caminos  son paralelos, pero sus intereses no tienen por qué serlo.

Peter Chou

Peter Chou

Peter Chou, consejero delegado de HTC, nunca ha ocultado su voluntad de customizar sus dispositivos yendo más allá del hecho de compartir sistema operativo con sus competidores. Ya lo hacía cuando sólo trabajaba con Windows Mobile – llegó a ser el mayor fabricante de esta plataforma – pero Android es una plataforma aún más idónea para esa táctica, al punto de que se discute sobre las ventajas e inconvenientes de su fragmentación. Sense UI es un interfaz propio de HTC; propio, en la misma medida que lo son Motoblur (Motorola), TouchWiz (Samsung) o UX (Sony Ericsson). Lo que propone HTC se parece mucho a lo que ha hecho con Android el fabricante del Ophone chino, que usa los componentes open source (kernel GPL y middleware Apache) incluídos en Android, pero no las aplicaciones (Mail, Maps y Market) por las que debería pagar un canon a Google.

A simple vista, la primera impresión de los nuevos Desire remite inconfundiblemente a HTC, pero esta aspira a más, que el valor añadido sea reconocido como suyo, llevar hasta el límite posible la personalización de la experiencia. Para diferenciar sus productos de los Android de otras marcas, no basta sólo con dotarlos de una `piel´ ni de una capa superficial de software a base de widgets (el tiempo, la bolsa, etc), sino que ahora añade funciones vinculadas a un servicio web, htcsense.com, aún no disponible. Este será soportado por todos los móviles de HTC basados en Android 2.2, apodado Froyo o siguientes, pero el fabricante no aclara si será adaptado para las versiones anteriores o si prefiere – como sería normal – acelerar la migración de sus dispositivos más antiguos. Permítase una digresión: Google ha dejado de hablar de Gingerbread, futura release que será Android 3; es mejor no meter más ruido, tal vez porque menos del 30% del parque funciona con la versión 2.2, y los operadores (que son su primer canal de distribución) prefieren subvencionar el último modelo más que actualizar los antiguos.

Es posible que otros fabricantes sigan un camino similar, y los primeros nombres que vienen a la mente son Samsung y Motorola. Android es un activo común a todos ellos, muy útil para sumar fuerzas [atención al uso y abuso del vocablo `ecosistema´ ], pero entraña el riesgo de que la imagen del fabricante se diluya para el usuario final: lo habitual es que este diga ´me he comprado un Android´, no `un HTC´`. Pero a lo que cada fabricante aspira es a conquistar la fidelidad de los usuarios a su marca, y será tanto mayor cuando más se asocie con una experiencia de usuario singular.

Cabe preguntarse si a Google puede molestarle esta tendencia. No lo parece, la verdad, y por varias razones. En primer lugar, es difícil imaginar que HTC haga las cosas a espaldas de Google, con la que ha colaborado en el fallido NexusOne. En segundo lugar, una de las maneras que tiene Google para mitigar la fragmentación del universo Android es disociar sus aplicaciones clave de la actualización del sistema operativo, permitiendo que aquellas se actualicen gratuitamente desde su tienda online, como acaba de hacer con una fundamental, Gmail. Y esto ¿por qué? Porque el interés de Google no es otro que maximizar el parque, para que esa masa crítica facilite sus planes de publicidad móvil.

Queda otra pregunta en el aire. ¿Está dispuesta HTC a aplicar la misma política en sus Windows Phone 7, el primero de los cuales anunciará en octubre? Si dependiera exclusivamente de ella, seguramente sí. Pero Microsoft ha dejado claro que la experiencia de los usuarios de su plataforma deberá ser homogénea, y para ello ha definido tres niveles que los fabricantes deben respetar. El único comentario de un directivo de HTC ha sido este: “contractualmente, no podemos reemplazar el core de la experiencia Windows Phone, pero nada nos impide aumentarla”. Sugerente.


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