A cada nuevo movimiento que hace, Mark Hurd da otro dolor de cabeza a HP, la empresa que presidió hasta hace un mes. El último ha sido su contratación como copresidente de Oracle, causa de ruptura entre las compañías, y una querella por “daño potencial irreparable”. Añádase una ofensiva de Oracle para captar distribuidores de HP, como represalia por la captura de clientes de Sun en 2009, durante la tramitación de la compra de esta por Oracle. El enredo se entiende mejor al recordar que, formalmente, Hurd no fue despedido sino que renunció, firmando en consecuencia un compromiso estándar para no hacer lo que ahora hará: competir con su antiguo empleador.
No es insólito: hay muchos casos como este en los anales, pero ninguno a tan alto nivel ni de manera tan fulminante. El alegato de HP sostiene que “en su nueva posición como competidor, [a Hurd] le será imposible no utilizar la información altamente confidencial que tiene sobre HP”. Es obvio que entre esa información se encuentran la estrategia de la compañía y los planes de negocio del actual ejercicio y del próximo. Entre otras cosas, la denuncia revela que “el 18 de marzo de este año, recibió un análisis competitivo altamente confidencial sobre Oracle”. Es inimaginable – subrayan los abogados de HP – que Hurd pueda cumplir su cometido dentro de Oracle sin utilizar la información de que dispone. Es curioso, pero los argumentos de HP son prácticamente idénticos a los que esgrimió contra ella EMC por el fichaje de su vicepresidente Dave Donatelli.
Estos litigios suelen resolverse mediante pactos entre las partes. El caso Donatelli se zanjó mediante un acuerdo por el cual el directivo no se ocuparía en GHP de asuntos relacionados con sus funciones pasadas, para evitar incurrir en competencia impropia [algo muy relativo, puesto que Donatelli fue quien coordinó la compra de 3Par]. Pero el caso Hurd tiene otra dimensión, porque ha sido nada menos que presidente ejecutivo de HP. El principal diario del Silicon Valley, Mercury News, advierte que los tribunales californianos son generalmente permisivos en esta materia, aunque nunca se han topado con algo tan peliagudo.
Larry Ellison, fundador y primer accionista de Oracle, ha emitido una declaración en la que califica la querella de HP como “vengativa”, ante lo que llega a la conclusión de que será imposible que las dos empresas mantengan los vínculos que les han unido hasta ahora. Esta frase parece indicar que las relaciones entre HP y Oracle van por el mismo camino que las de HP y Cisco, que han pasado de la colaboración recíproca a la guerra abierta. Dos incógnitas se abren después de esto: ¿qué pasará con los clientes de HP que usan bases de datos de Oracle? ¿Qué harán los perplejos distribuidores de HP cuando les tienten – y lo están haciendo desde hace semanas – los emisarios de Oracle?
Hay un aspecto lateral que no carece de interés. Mucha gente quisiera conocer la cuantía exacta de la liquidación del finiquito de Mark Hurd en HP, abanico de cifras que va de 35 a 50 millones de dólares. Pero Oracle se ha apresurado a informar que su nuevo copresidente cobrará un salario de 950.000 dólares más 10 millones de bonus, sin contar las opciones. Puede que parezca mucho dinero, pero es poca cosa al lado de los 74 millones que cobró en 2009 Larry Ellison, el CEO mejor pagado de Estados Unidos.