Nadie osaría dudar de que Google es una empresa bendecida por la suerte. Lo confirman todas sus credenciales, pero lo cierto es que no ha tenido muy buena suerte en China, país difícil como ningún otro, donde ha tenido que soportar una durísima competencia local, además de múltiples “malentendidos” con las autoridades. Ayer, sin ir más lejos, ha sufrido otro gole a sus legítimas ambiciones en ese mercado, con la pérdida del presidente de su filial china, Kai-Fu Lee. Este ha anunciado que dejará su puesto a mediados de mes para emprender un proyecto empresarial propio. Como tantas otras noticias, esta adquiere relevancia por los antecedentes del protagonista.
Kai-Fu Lee
Lee es uno de los muchos genios de Internet que ha generado China y que, tras una etapa en Estados Unidos, un día deciden volver a su país natal para consumar la experiencia adquirida. Se recuerda aún que el inicio de la carrera de Lee en Google fue perturbado por un incidente serio. A los pocos días del fichaje en 2005, su anterior empleador, Microsoft, llevó a Google a los tribunales, argumentando que existía un acuerdo firmado por Lee en el que este se comprometía a no trabajar para un competidor. El caso atrajo mucha atención por ser tratarse de una de esas escaramuzas frecuentes entre dos compañías cuya rivalidad ha ido en aumento; pero acabó cerrándose extrajudicialmente sin que se revelara exactamente en qué condiciones.
El papel de Lee durante estos cuatro años ha sido relevante en el lanzamiento de Google.cn, el portal chino de su empleador, así como en el reclutamiento de talentosos ingenieros y científicos. Pero ni por estas consiguió debilitar el dominio del mercado que ejerce su gran competidor, el buscador chino Baidu. Su imagen personal, y con ella la de Google, salió bastante dañada tras denunciarse el presunto pasteleo con el gobierno de Pekín, para conseguir que este dejara de bloquear de manera intermitente y con distintos pretextos, su servicio de búsquedas.
En una entrevista reciente, Kai-Fu Lee ha citado la lista de directivos de Google China que en los últimos tiempos han abandonado la compañía, entre ellos su propia secretaria. Se trataba, según sus palabras, de una práctica consentida por Google para que cada talento encuentre sus mejores vías de expresión. Aplicándose el cuento, él mismo ha abandonado el barco con la intención de crear su propia empresa, que se dedicará a financiar nuevas iniciativas de ese talento que tanto abunda en China.
Nadie osaría dudar de que Google es una empresa bendecida por la suerte. Lo confirman todas sus credenciales, pero lo cierto es que no ha tenido muy buena suerte en China, país difícil como ningún otro, donde ha tenido que soportar una durísima competencia local, además de múltiples “malentendidos” con las autoridades. Ayer, sin ir más lejos, ha sufrido otro gole a sus legítimas ambiciones en ese mercado, con la pérdida del presidente de su filial china, Kai-Fu Lee. Este ha anunciado que dejará su puesto a mediados de mes para emprender un proyecto empresarial propio. Como tantas otras noticias, esta adquiere relevancia por los antecedentes del protagonista.
Lee es uno de los muchos genios de Internet que ha generado China y que, tras una etapa en Estados Unidos, un día deciden volver a su país natal para consumar la experiencia adquirida. Se recuerda aún que el inicio de la carrera de Lee en Google fue perturbado por un incidente serio. A los pocos días del fichaje en 2005, su anterior empleador, Microsoft, llevó a Google a los tribunales, argumentando que existía un acuerdo firmado por Lee en el que este se comprometía a no trabajar para un competidor. El caso atrajo mucha atención por ser tratarse de una de esas escaramuzas frecuentes entre dos compañías cuya rivalidad ha ido en aumento; pero acabó cerrándose extrajudicialmente sin que se revelara exactamente en qué condiciones.
El papel de Lee durante estos cuatro años ha sido relevante en el lanzamiento de Google.cn, el portal chino de su empleador, así como en el reclutamiento de talentosos ingenieros y científicos. Pero ni por estas consiguió debilitar el dominio del mercado que ejerce su gran competidor, el buscador chino Baidu. Su imagen personal, y con ella la de Google, salió bastante dañada tras denunciarse el presunto pasteleo con el gobierno de Pekín, para conseguir que este dejara de bloquear de manera intermitente y con distintos pretextos, su servicio de búsquedas.
En una entrevista reciente, Kai-Fu Lee ha citado la lista de directivos de Google China que en los últimos tiempos han abandonado la compañía, entre ellos su propia secretaria. Se trataba, según sus palabras, de una práctica consentida por Google para que cada talento encuentre sus mejores vías de expresión. Aplicándose el cuento, él mismo ha abandonado el barco con la intención de crear su propia empresa, que se dedicará a financiar nuevas iniciativas de ese talento que tanto abunda en China.