Para mucha gente en el mundo de las tecnologías de la información, la palabra mainframe evoca imágenes históricas, que remiten más atrás que los años 70, cuando se generalizó el concepto de informática distribuída. Con frecuencia, esos gurús audaces que tanto abundan, han proclamado la extinción inminente del mainframe; sin embargo, está vivo y su decadencia sería, en cualquier caso, muy lenta. Como mercado, los mainframes alcanzaron un momento culminante en cifra de negocios en 2010, pero la capacidad, medida en MIPS, ha seguido creciendo: un 21% según un estudio patrocinado por Compuware, compañía especializada desde sus orígenes en software para esta categoría de ordenadores.
Sobre el telón de fondo de la necesidad de controlar los costes de operación, la entrevista con Veronique Dufour-Thery está directamente inspirada por esa evolución del mercado, que produce legítima perplejidad. Según el estudio, un 62% de los CIO encuestados asegura estar usando como back-end para servicios externos – por ejemplo el soporte de comercio electrónico – aplicaciones que fueron diseñadas internamente, lo que tiene como consecuencia que el consumo de MIPS se ha disparado sin control; un 68% cree que la explosión de aplicaciones móviles está conduciendo a mayores consumos de capacidad.
Este crecimiento tiene su lado oscuro, explica la entrevistada: las ineficiencias en el código induce a incurrir en costes innecesarios, y esto es particularmente grave cuando se trata de suministradores de outsourcing, poco inclinados – dice Dufour-Thery – a preocuparse por la eficiencia de las aplicaciones. A esta altura, el lector habrá comprendido que la estrategia de Compuware apunta a la venta de herramientas de optimización del entorno mainframe, esencialmente complejos. En la conversación han aparecido otros asuntos de interés.
En un mundo en el que todos estamos pendientes de los móviles y de sus aplicaciones, puede uno asombrarse de que algo tan verable como un mainframe retengan su papel y a nadie le pase por la cabeza darlo por muerto. ¿Cómo lo ve desde su posición en Compuware?
Su premisa no va descaminada. Es verdad que a nuestro alrededor se habla continuamente de las aplicaciones del iPhone y del iPad, como si eso fuera la cosa más importante del mundo. Todos tenemos un móvil a mano pero creo que esa observación sería anecdótica si no añadiéramos que el incremento en el uso de dispositivos móviles y en especial de uno de esos usos, el acceso a Internet, coloca a los mainframes en mejor posición que nunca […] porque cuando hacemos una transacción desde un dispositivo móvil, esto implica procesos B2B que normalmente son ejecutados en un mainframe […]
Bueno, tal vez mi premisa era unilateral, al relacionar el mainframe con los móviles. Hay muchos otros usos […]
Por supuesto que sí. El mainframe es el mejor entorno posible para las transacciones de alto volumen y gran exigencia de disponibilidad. Y si he mencionado las aplicaciones móviles no es sólo por un contraste de tamaño, sino porque responden a ese patrón: requieren inmediatez en el tratamiento y en la respuesta. La autorización de una tarjeta de crédito se hace desde un mainframe, la facturación suele pasar por una de estas máquinas, y lo mismo puede decirse del envío de la mercancía comprada. Claro que, cuando vemos el interfaz visual de un iPad, puede que no nos preguntemos qué hay detrás.
Sin embargo, no hay un incremento correlativo del mercado de mainframes […]
Lo que estamos viendo es más concentración en los datacenters. Menos sitios no significa menos mercado. Tenga en cuenta que ahora hay una tendencia a entornos más abiertos, también en los mainframes. Todas las herramientas ISPF [Interactive System Productivity Facility] para sistemas z están disponibles bajo Eclipse con interfaz gráfico. Cuando más fácil de usar es un entorno, más productivo será. Durante años, se ha dicho que los expertos en mainframe se retirarían pronto, y no habría sustitutos. Fue entonces cuando los CIO empezaron a reclamar soluciones que evitaran ese riesgo de colapso. Una de ellas es la acogida a una nueva generación para integrarla en el trabajo con mainframes. En parte, es lo que aporta a Eclipse, un interfaz gráfico para herramientas de mainframe: esas nuevas generaciones están más familiarizadas y mejor preparadas para trabajar con un intefaz gráfico.
El problema de la carencia de recursos humanos sigue vigente. Por cierto, ¿sabría decirme cuál es la edad media de un programador en COBOL?
Ese es un problema clásico en nuestro mercado. Cuando obtuve mi primer trabajo, en 1989, ya se decía que COBOL estaba muerto y el mainframe condenado a morir. Estamos en 2012 y los dos siguen con vida. Ahora se dice que la mayoría de los que saben COBOL va a retirarse en los próximos cinco años. Por nuestra parte, hacemos lo que podemos hacer, llegar a acuerdos con las universidades. Porque COBOL es la base de nuestros desarrollos en Eclipse, y hemos encontrado bastante receptividad, ¿por qué? porque en ese plazo se abrirá una oportunidad de trabajo para los estudiantes que se acojan a esos programas de estudio.
No me negará que, mientras tanto, desarrollar videojuegos o aplicaciones para móviles es mucho más divertido que programar en COBOL […]
Puede ser. Recientemente, Compuware contrató un estudio independiente, para el que fueron entrevistados 520 CIO de grandes compañías internacionales usuarias de mainframes. Una de las conclusiones fue que el 71% de los consultados está preocupado por esa carencia de recursos. Un porcentaje aún mayor, el 78%, se declaró inquieto por el efecto sobre sus costes operativos, por lo que, combinando la insuficiencia de recursos humanos y la reducción de presupuesto, hay un factor de riesgo que explotará en algún momento. De manera que, efectivamente, ese es el primer problema que ven los CIO. El segundo es, como siempre, su incomodidad con un sistema propietario; aunque, como he dicho, desde hace tres o cuatro años se observa una mayor apertura a otros entornos. Y esto es bueno para todos.
[…] es una posibilidad de renovación del parque.
Sí, es posible renovar todo el front-end, pero también para desarrollar aplicaciones que usen mejor el software acumulado. Es lo que están haciendo los grandes bancos y compañías de seguros.
Entiendo que ahí es donde entra el papel de Compuware.
Exactamente. En eso somos especialistas, es nuestro nicho de negocio. Desde hace más de 40 años, Compuware se ocupa de todo el ciclo de vida de las aplicaciones. Comprensión del código, depuración, testing, ajuste de rendimiento, ese tipo de cosas son nuestra especialidad. Los retos que enfrentan nuestros clientes son, básicamente, tres: reducir costes, optimizar recursos y mejorar la calidad de servicio. Y con el peso que han adquirido las aplicaciones móviles, con más motivo necesitan ser más ágiles que sus competidores. Un problema típico de indisponibilidad de una aplicación ha sido estimado en unos 14.000 dólares por minuto, según el estudio del que he hablado antes. Es fácil imaginar el impacto que pueden tener nuestras soluciones.
¿Qué vende exactamente esta rama de Compuware? ¿Software o servicios, o ambas cosas?
Vendemos soluciones de software para automatizar, acelerar el desarrollo, testear y entregar aplicaciones. Y también algunos servicios en torno a las metodologías de uso de esas soluciones, cómo implementarlas en el contexto existente y cómo alcanzar los objetivos que se propone el cliente. Esta combinación nos permite participar en grandes proyectos, de hasta cinco millones de horas-hombre, junto con partners como Accenture o IBM Global Services. Grandes partners…
[…] y al mismo tiempo competidores…
Nuestra diferenciación en el mercado está relacionada con el rendimiento medido de extremo a extremo; somos los únicos que podemos practicar una métrica de performance, digamos, desde el móvil al mainframe. Otros pueden hacerlo combinando fuerzas. Pero, ya que lo menciona, en efecto entre nuestros competidores encontramos a IBM y CA. La primera es un partner a través de Global Services, pero en lo que concierne al software es nuestro competidor.
Sigo dándole vueltas a la pregunta inicial: ¿cómo se explica que después de décadas el mainframe siga teniendo tanto protagonismo?
Porque esencialmente, siempre estamos ante el problema de ser capaces de manejar grandes volúmenes sin sufrir problemas de performance, y con la imprescindible seguridad. Esto es importante, porque si uno quiere recrear el mismo nivel de seguridad en un entorno distribuído, tiene que implementar distintos procedimientos, entre ellos los correspondientes firewalls. En los mainframes, el problema de la seguridad no ha tenido relevancia por tratarse de entornos centralizados y, por definición, muy seguros. Y también muy potentes, por lo que se puede manejar muchas transacciones al mismo tiempo sin sacrificar tiempo de respuesta. Creo que son los tres factores por los que nuestros clientes se mantienen fieles a los mainframes.
¿Qué peso tiene el mainframe en el negocio total de Compuware?
La empresa empezó siendo 100% mainframe, pero ha sabido evolucionar con el mercado. De manera que actualmente el 50% de los ingresos son generados por la actividad mainframe y el otro 50% por las soluciones para entornos distribuídos, en los que últimamente hemos invertido para el desarrollo de aplicaciones de gestión de performance. Desde otro punto de vista, nuestra cuota en el mercado de software para mainframe es muy elevada, del 54%. De modo que nuestro objetivo de crecer en mainframe no puede ser el mismo que en sistemas distribuídos; con mantener estable esa cuota ya estaríamos muy satisfechos.
Permítame que vuelva al doble filo de la relación con IBM […]
Ya, no es fácil de explicar. Somos amigos, pero no siempre tan amigos. IBM es una gran compañía, con la que tenemos dos tipos de partnership. Uno en Norteamérica, con la sede central: IBM es cada vez más una compañía de servicios, y en el contexto de acuerdos de outsourcing paga por nuestros productos. Es decir que IBM tiene un contrato internacional con Compuware, para suministrar nuestros productos a clientes con los que tiene una relación de outsourcing.
Por eso pone usted el acento en las conclusiones del estudio.
Para nosotros, es un negocio de millones de dólares. Hay otras relaciones de cooperación a escala local en diferentes países: junto con los equipos de Global Services, damos respuesta a los proyectos que necesitan sus clientes. Porque IBM ayuda a sus clientes a evolucionar hacia nuevos entornos, y en esa línea trabajamos en común, integrando nuestras herramientas en sus proyectos. ¿Por qué integrar nuestras herramientas si podrían usar las de IBM? Porque son buenas, fáciles de usar, y porque estamos en ese mercado desde hace más tiempo que la propia IBM.
¿Con qué recursos?
Tenemos gente que conoce muy bien a los clientes, con los que ha mantenido relaciones durante 30 años. Y, por supuesto, no necesitamos dedicarles el mismo esfuerzo de ventas que a los nuevos mercados. Le daré un ejemplo de mi región, el Sur de EMEA: hablo de 200 personas de ventas y preventa; es un tamaño razonable, en el que no incluyo el personal de los laboratorios de Detroit y Amsterdam. En total, unas 4.000 personas en todo el mundo, con unos ingresos de 1.000 millones.
¿Sabría decirme cuál es la base instalada de mainframes en el mundo y, por tanto, el tamaño del mercado potencial para Compuware?
Como periodista, usted sabe que IBM es extremadamente reservada en estas cuestiones: nunca le dirán cuántos mainframes venden ni cuántos clientes tienen. Pero comunican la evolución de la capacidad, y esta nos consta que crece. Por citar un caso que conozco bien: un banco francés que ha movido cinco sistemas de información para integrarlos en uno solo, pero duplicando la capacidad total. Este es el tipo de análisis que nos interesa: desde este punto de vista, el mainframe sigue creciendo. Y para que no piense que eludo su pregunta, le daré otro dato: sabemos que la base instalada que Compuware podría atender, la atendemos al 75% de su potencial.