Lo advertía hace días Gene Munster, el analista que mejor conoce los entresijos de Apple: “fijémonos en el iPhone; si pasa de 30 millones de unidades, será un trimestre excepcional”. Fueron 37 millones, un 117% más que en el período precedente, y un 128% que un año antes. No fue el único récord del trimestre octubre-diciembre. Los ingresos crecieron un 73%, hasta 46.333 millones de dólares. Y el entusiasmo despertado en Wall Street por la noticia ha permitido que Apple recuperara el puesto de empresa con la más alta capitalización bursátil, que ya ocupó el año pasado durante unos meses. Sobre todo, se ha confirmado que la compañía funciona igual de bien que en vida de Steve Jobs.
Siguiendo el consejo de Munster, aunque sea a toro pasado, hay que fijarse en el iPhone… y en el iPad. Sumados, representan el 72,4% de los ingresos de Apple en el trimestre. El mismo analista sostiene una tesis: la cadencia de las ventas demostraría que el 90% de los usuarios están dispuestos a renovar el modelo que poseen, y esto significaría que el iPhone 5, cuya aparición está prevista para el verano, podría ser una actualización masiva de todos los que han precedido al actual, iPhone 4S.
En octubre, cuando se presentó este modelo, se produjo cierta perplejidad porque, de haberse presentado unas semanas antes, se hubiera evitado la erosión de ventas provocada por las expectativas creadas. Al final, la demanda embalsada se ha derramado sobre el cuarto trimestre de 2011 (primero del ejercicio 2012 de Apple). Con un efecto secundario que bien merece destacarse: si se divide el valor (24.417 millones de dólares) entre las unidades vendidas (37,0 millones), resulta que el precio medio de venta (ASP) se ha mantenido, e incluso ha mejorado, pasando de 644 a 659 dólares.
Tim Cook, CEO de Apple desde la muerte de Jobs, ha reconocido que los 37 millones de iPhone vendidos hubieran podido ser más “si nuestra cadena de suministro lo permitiera”. Un detalle curioso es que el último modelo no empezó a venderse en China hasta los primeros días de enero, por lo que la estadística no incluye el mercado más impetuoso que tiene la compañía. Tras los incidentes producidos el primer día de venta en sus tiendas chinas, Apple decidió vender el iPhone 4S exclusivamente a través de la red del operador China Unicom (participado por Telefónica) y de su tienda online..
El iPad, del que en el trimestre se vendieron 15,4 millones de unidades por un valor de 9.153 millones de dólares (su ASP ha bajado a 593 dólares) plantea otras cuestiones. Supuestamente, en diciembre haría frente a una amenaza en el mercado estadounidense, con el fulgurante lanzamiento de la tableta Kindle Fire, de Amazon. A la vista de las cifras de Apple, no parece que la novedad haya hecho mella en su liderazgo. Amazon publicará resultados el martes 31, pero no se espera que rompa la costumbre de desglosar sus ventas de dispositivos.
Nuevas amenazas, en la misma acepción, asomarán pronto, con un buen número de tabletas basadas en el último Android; para más adelante, se esperan las primeras con Windows 8. Todo puede ser, pero de momento, el iPad se come el 60% del mercado.
Hubo otros asuntos importantes en la presentación de resultados. Para el trimestre actual, la estimación de ingresos es sustancialmente menor: 32.500 millones de dólares, aunque es de rigor advertir que es tradición de Apple hacer previsiones conservadoras. También es cierto que el trimestre récord tuvo 14 semanas, y el corriente – de 13 semanas – tendrá que compararse con el cerrado en marzo de 2011, que fue de 14, y esto significa a priori una diferencia de más de 3.000 millones de facturación.
Peter Oppenheimer, director financiero, enfrió un poco la euforia al señalar que el margen bruto ha llegado muy alto, al 44,7%, por lo que en principio debería bajar al 41,8%.
Un tema siempre vidrioso en relación con Apple es la formidable riqueza de su tesorería. A finales de diciembre, había subido a 97.000 millones de dólares (16.000 millones más en tres meses). Cuando se le preguntaba por esto, Jobs solía responder con su gesto más desabrido, que los accionistas ya están suficientemente remunerados con la cotización. Pero la situación ha llegado a un punto tal que Cook admitió que se analiza “activamente” qué hacer con ese tesoro. En el adverbio está el único cambio de discurso, y no dijo más.