21/09/2010

Samsung, la ambición sin límite

Al margen del guirigay de la rueda de prensa de Samsung en la reciente feria IFA, en la euforia del lanzamiento de su primer tablet, hubo tiempo para que el consejero delegado del grupo coreano, Choi Gee-sung, dijera al Wall Stret Journal que tiene en estudio un programa de inversión de 30 billones [no es un error] de won, equivalentes a casi 20.000 millones de euros, que se iniciaría en 2011, con el fin de reforzar las actividades actuales y expandirse hacia dos nuevas que considera de futuro: biotecnología y electrónica para la salud. Para abordar estas últimas, la compañía estaría dispuesta a llegar a acuerdos de colaboración o incluso a hacer adquisiciones.

Choi Gee-sung

Choi Gee-sung

En principio, el plan de negocio del año próximo superaría los 26 billones de won (17.00 millones de euros) que en 2010 fueron destinados a gastos de capital e I+D, pero es la segunda vez que Choi sugiere un incremento de envergadura; ya lo hizo en mayo aunque, en aquella ocasión, su lista de prioridades estaba encabezada por las tecnologías verdes, un eco de lo que está haciendo Panasonic.

El alto directivo añadió, según el diario neoyorquino, que la demanda de semiconductores tendrá en los próximos años un crecimiento exponencial, y Samsung – número dos de esa industria – está preparada para ir tan lejos como la lleve el tamaño del mercado. Por las mismas fechas, la consultora IC Insights distribuía un pronóstico sensacional: Samsung superará a Intel antes de 2015 como vendedor de chips. Desde luego, es una previsión audaz, pero plausible. Los ingresos de la división de semiconductores de Samsung han crecido a una media anual del 13% desde 1999, mientras que los de Intel no pasaban del 3,4%, también en promedio, calcula la consultora. Si estas trayectorias se mantienen, las curvas deberían cruzarse en 2014, sostiene Bill McLean, autor del informe. A menos, aclara, que Intel absorba alguna compañía que le aporte negocio adicional. En las semanas siguientes, Intel cerró la compra de la división de la alemana Infineon que produce chips para los fabricantes de móviles.

Aunque en el pasado ha habido desencuentros entre las ramas de semiconductores y de móviles de Samsung, la colaboración entre ambas está dando resultados. Las áreas principales en las que compiten Intel y Samsung son las memorias NAND y los procesadores de aplicaciones, que cabalgan la ola de los smartphones, y en los últimos años, Samsung ha hecho más inversiones de capital en estas áreas que ningún otro fabricante, incluido Intel. También sus ventas de semiconductores han crecido a un ritmo que nadie iguala, por lo que IC Insights afirma que, si no fuera antes de 2015, con seguridad el adelantamiento se produciría un poco más tarde.

Una incógnita para la que nadie parece tener respuesta es el futuro de la compañía británica ARM, especializada en arquitectura y diseño de procesadores para móviles; periódicamente se especula que podría recibir una oferta de compra que, de producirse, desencadenaría una escalada de contraofertas. A priori, uno de los candidatos potenciales es Samsung, gran cliente de los desarrollos de ARM que luego incorpora en productos propios.

La demanda de móviles es, por tanto, el telón de fondo de estos movimientos, sean reales o no. Y lo es al extremo de que, también en Berlín, el presidente de Samsung Mobile, J.K.Shin, confirmó el aumento de sus previsiones de ventas del año a 25 millones de unidades, tras haberlas fijado en 18 millones en febrero. La confianza de Shin, respaldada por el éxito de ventas de su último modelo Galaxy S, contrasta con dos cifras tangibles: pese a que vendió un 17% más de unidades, los ingresos de la división han disminuido un 36% en el segundo trimestre. La paradoja cierra su círculo: el margen operativo, que en 2009 fuera del 10,8% ha bajado más de tres puntos este año.


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