Este lunes, la Casa Blanca anunciaba el bloqueo definitivo de la oferta de compra de Broadcom sobre Qualcomm, invocando razones de seguridad nacional. Pero no es el tema de esta crónica. Hizo ayer dos semanas, como si no fueran con él las batallas corporativas, el número dos de la compañía, Cristiano Amon compareció ante los periodistas en el Mobile World Congress para ratificar que su primer objetivo en 2018 será suministrar a los fabricantes y operadores la tecnología necesaria para llevar a cabo pruebas precomerciales de 5G y adelantar las primeras acciones comerciales a 2019. Amon no dijo una palabra sobre la candente oferta de Broadcom y nadie le preguntó por ella. Curiosa dicotomía.
Cristiano Amon
Amon habló casi exclusivamente del negocio de Qualcomm, es decir de tecnología. Justo ahora, cuando está disponible la plataforma Snapdragon 845 para los smartphones de la gama más alta, se anuncia la nueva serie 700 para móviles de gama media, con una óptima relación entre precio y prestaciones. Pero el anuncio más relevante ha sido el módem X50 5G, junto a múltiples soluciones de radiofrecuencia para redes multimodo 3G, 4G y 5G que soporten IoT, WiFi mejorado y, próximamente, los coches conectados.
Recientemente promovido al rango de presidente, Amon subrayó una y otra vez que el futuro de Qualcomm sigue pasando por su habilidad para diseñar chips que produzcan sustanciosos royalties. Será así – aunque no lo dijo así – tanto da que encomiende su fabricación a terceros como hasta ahora, que los fabrique ella misma tras consolidar la compra de NXP o incluso si, como ya parece imposible, pasara a estar controlada por Broadcom.
Lo dicho: Amon habló de lo suyo. La tecnología móvil sigue siendo la razón de ser de Qualcomm, el pilar de su estrategia y prácticamente su único negocio de los próximos años. Valoró el potencial de ingresos en unos 150.000 millones de dólares en 2020. Suma que se divide en dos mitades casi iguales, según se ve en el gráfico siguiente.
Las estimaciones expuestas en el MWC confirman que sus clientes más importantes siguen siendo los fabricantes de smartphones, a los que suministra tanto el procesador como el módem, con una cuota de mercado tan importante como lucrativa. Pero en los próximos años, el capítulo que debería proporcionarle más ingresos serán los componentes para IoT y los ligados a la seguridad. Para que este crecimiento se materialice, será fundamental que, al menos en las zonas de alta densidad de población, haya un rápido despliegue de redes 5G a la carta (network slicing). De ahí que Qualcomm ponga tanto empeño en que la quinta generación sea una realidad lo antes posible.
Claro que, mientras llega 5G, tendrá que seguir facturando: la promoción de la nueva tecnología y las pruebas piloto suponen costes con la promesa de ingresos futuros. El problema es que, entretanto, la demanda de smartphones tiende a la baja, aunque la compañía conserva una alta cuota de mercado y unos buenos márgenes. Para los smartphones premium, dispone de la plataforma 845, que ahora equipa los nuevos Galaxy S9 y S9+ de Samsung (los que van al mercado estadounidense, porque en Europa y el resto del mundo llevan chips de Samsung) y los XZ2 de Sony, a los que seguirán otros. La plataforma 845 representa la segunda generación de Gigabit LTE, con una arquitectura optimizada para tareas de inteligencia artificial y experiencias inmersivas, que las diferencian de la generación anterior.
Para los smartphones de gama media, se anunció en el MWC la serie 700 de Snapdragon, que sustituirá a la actual 600. Las primeras muestras comerciales estarán disponibles en este semestre, con lo que podrá haber smartphones con los nuevos chips a la venta en otoño. La serie 700 promete duplicar el rendimiento en inteligencia artificial y un 30% más de eficiencia energética. Eleva el nivel de prestaciones en dispositivos más asequibles, lo que si deberá favorecer ventas de volumen, pero a la vez – movimiento táctico o aceptación de la corriente – se acerca a las que ofrecen sus Snapdragon de alta gama.
Otro producto anunciado en Barcelona es el módem X24, el primero de 2 gigabits/s y el primer paso hacia las redes multimodo 5G NR (New Radio), que en principio llevarán el X50 ahora reservado a pruebas piloto. Estas redes multimodo 3G, 4G y 5G, suponen un reto tecnológico mayúsculo, porque si ya el direccionamiento era complejo en 4G, en la generación que viene será necesario sintonizar dinámicamente la radiofrecuencia a base de meter inteligencia en el módem e información en la red. Qualcomm está convencida de que podrá superar el reto, por otro lado insoslayable.
Otros frentes puramente tecnológicos que Qualcomm tiene abiertos son el PC siempre conectado, la conexión de red automática (mesh networking) y el próximo estándar inalámbrico 802.11ax.
Así como Intel está aprovechando el conflicto entre Apple y Qualcomm, esta sigue la estela de Microsoft con un procesador basado en la arquitectura ARM (completamente distinta de la x86) que funciona con Windows 10 pero que aún no se ve en el mercado. Un portátil, tableta o convertible pueden estar siempre conectados con capacidades que actualmente es Gigabit LTE pero que en 2019 debería saltar a 5G. Tres fabricantes han acogido hasta ahora el planteamiento: HP, Lenovo y Asus.
Por otra parte, Mesh Networking está redefiniendo la industria, dijo Amon, al lograr que los diferentes dispositivos se reconozcan y conecten entre sí automáticamente. También en este caso Qualcomm ha reclutado aliados (Asus, D-Link, Samsung y una decena más, en la que aparece Google) pero no goza todavía de reconocimiento global suficiente para que el ´ecosistema` despegue.
Entre otros proyectos en cartera para este año se encuentra la evolución de la norma 802.11ax. Su papel será permitir que los smartphones se entiendan con tabletas y portátiles. Qualcomm espera tener muestras en el segundo trimestre, pero tal vez esté vendiendo la piel del oso antes de tiempo, porque la norma no será aprobada por el IEEE hasta mediados, o incluso finales, de 2019.
Todo está pensado para que la rueda de la industria siga girando, con la mirada puesta en 5G. En el MWC se dijo hasta la saciedad que estará disponible antes de lo previsto, que hasta ahora era 2021-2022. Se habla de despliegues comerciales en Estados Unidos y en China para finales de 2019. Pero no hay que engañarse: las redes 4G seguirán evolucionando en paralelo y serán parte de la plataforma de la nueva generación, como no podría ser de otro modo: 5G debe ser compatible con las variedades de un panorama de redes crecientemente complejas e interoperables, con modelos de negocio, regulaciones y niveles de seguridad a los que les queda mucho por desarrollar.
Un lema pregonado por Qualcomm en el MWC era «Cualquiera puede hablar de 5G, nosotros hacemos que sea una realidad». No hace falta mucha imaginación para descubrir que se trataba de una pulla a Intel, cuyo stand se encontraba al otro lado del pasillo.
[informe de Lluís Alonso]