En consonancia con el resto del mundo, los españoles han decidido pasar buena parte de su tiempo de ocio pegados (y apegados) a la televisión y al vídeo bajo demanda (VOD). Al menos, esta es una de las principales conclusiones que se infieren de la lectura del informe ‘TV & Media 2015 Spain‘, segmento de uno general elaborado por el Consumer Lab de Ericsson acerca de los hábitos de consumo audiovisual a partir de una amplia muestra representativa. Mientras el consumo de streaming cobra auge en los móviles de la población más joven, la televisión tradicional sigue ocupando ‘el’ espacio privilegiado en los salones hogareños. O sea que el estudio constata que no son antitéticos… pero casi.
Se comprende así que el consumo de vídeo bajo demanda (VOD) haya crecido como la espuma y que en España cada individuo dedique un promedio de 6,6 horas semanales a esta clase de contenidos, lo que supone duplicar los tiempos de exposición de hace tan solo cuatro años, cuando se le dedicaban alrededor de 3 horas. En términos absolutos, más del 90% de los usuarios suscritos a estos servicios los consumen al menos una vez a la semana y la mitad a diario, en comparación al 30% de hace cuatro años.
Afinando un poco más por grupos de edad, el estudio desvela que cuanto más jóvenes son los espectadores, más enganchados están a la imagen en movimiento, razón por la cual los adolescentes superan todos los récords de uso del streaming: 8 de cada 10 al menos una vez al día, frente al 20% de los mayores de 60 años.
Además, esta tendencia creciente no sólo se manifiesta en el cronómetro, sino en la aparición de nuevos estándares de vida ociosa [es un decir]. De hecho, las modas de visión de contenidos también evolucionan hasta verse sometidas a fenómenos como el que los autores del informe llaman “atracón audiovisual”: más de un 90% de los usuarios de VOD se planta cada semana (y un 50% diariamente) ante cualquiera de sus pantallas preferidas para canibalizar series completas de televisión, tales como Breaking Bad o Juego de Tronos, ansiando llegar a sus hogares para conocer si Walter White destronará a Gustavo Fring para convertirse o no (qué tensión) en el gran capo de las anfetas.
Desde hace cuatro años, el tiempo medio empleado en consumir contenidos en streaming se ha incrementado y, si bien este fenómeno se refleja en todo tipo de contenidos, está comprobado que el énfasis se pone en las series, la categoría que ha experimentado un mayor crecimiento, superior al 230%. Del total de 6,6 horas semanales de visionado de contenidos en streaming, las series de TV son las más vistas, con un 47% del tiempo total.
Si se valoran los sitios que emiten vídeo en streaming, el 80% de los espectadores nacionales accede a YouTube al menos una vez a la semana y el número de individuos que se reconoce como consumidor de esta plataforma durante más de tres horas diarias se ha incrementado en un 190% desde hace cuatro años. Aunque YouTube alcanza la mayor penetración en el territorio nacional, A3Player es el servicio VOD más utilizado, seguido de Canal+ [hoy Movistar+], Yomvi y la web de RTVE. El reciente, y todavia parcial, desembarco de Netflix, es una incógnita.
Mención aparte merece el crecimiento de las categorías de vídeos tutoriales, a los que acceden semanalmente un 27% de los encuestados, y de videojuegos, cuya atención es menor, un 17%, aunque también progresa adecuadamente.
Lo que todavía no ha conseguido el streaming es imponerse a la televisión tradicional (lineal), que continúa instituido como medio preferido por la mayoría de los espectadores. De hecho, un 80% de las personas mayores de 60 años se enfrenta a ella a diario, mientras que los millennials, a quienes se supone enganchados a la ‘caja tonta’, lo hacen también diariamente en un 60%. En cuanto a los adolescentes, un 70% no pueden sustraerse cada día a la tentación.
Por si se les ha escapado el programa o la serie preferida, un 30% de los espectadores de entre 20 y 44 años ven diariamente contenido grabado de televisión, frente a 1 de cada 10 de personas mayores de 60 años. Estas últimas son también las que prefieren ver los noticiarios televisivos: 5 horas semanales, un 80% más que los jóvenes de la Generación X.
En conclusión, la televisión sigue siendo la reina del ocio, aunque las tendencias de consumo apuntan que tendrá que perfeccionar sus armas para seguir en el trono. Entretanto, amenaza el móvil. El consumo de vídeo en movilidad avanza con paso firme. Un 65% de usuarios consumen televisión y vídeo en la pantalla de su smartphone, lo que supone un 135% más que hace tres años. No en balde un 41% de los encuestados considera como ‘muy importante’ la posibilidad de disfrutar de contenidos multimedia en el lugar y momento que ellos decidan.
Afinando un poco, se observa que del tiempo empleado por los adolescentes en el consumo de TV y vídeo, el 65% se dedica a los dispositivos móviles. Sin embargo, a la hora de ver programas tradicionales de televisión, las preferencias se decantan claramente por la pantalla grande, que también es preferida para degustar otros contenidos.
Más de la mitad de los participantes en la encuesta (58%) asegura que la alta definición (HD) de las pantallas es un factor decisivo para determinados contenidos y más de una cuarta parte se muestran predispuestos a la adquisición de modelos con esta característica. Sin embargo, sin duda por su precio más elevado, estos porcentajes se reducen de manera significativa (46 y 20%, respectivamente) en el caso de las pantallas UHD.
Mientras que la muestra de mayor edad se manifiesta algo más proclive a la inclusión de publicidad en los contenidos, los millennials y los espectadores de entre 35 y 60 años enfatizan la necesidad de acceder a contenidos que no se vean interrumpidos con anuncios: un 54% y un 60%, respectivamente, de estas poblaciones estarían dispuestas a pagar por ello. Menos mal que, hasta el momento, los amantes del cine, el teatro y los libros se han librado de estas preocupaciones.
[informe de Lola Sánchez]