Adobe ha dado una muy mala noticia a sus empleados, al anunciarles que paralizará sus operaciones en Estados Unidos durante una semana, como parte del esfuerzo por evitar que sus cuentas se deterioren en una coyuntura desfavorable. Es una idea que se diría calcada de la industria del automóvil pero suena inusual en una empresa de software. Pero la compañía anticipa desde ya que volverá a hacer lo mismo antes de finales de año. Ciertamente, la crisis está golpeando duramente la demanda de los productos de Adobe, entre cuyos usuarios se encuentran los medios de comunicación. En diciembre, la empresa tomó la decisión de prescindir de 600 trabajadores de su plantilla mundial de 7.500 personas.
Shantanu Narayen
Las ventas de Adobe han declinado por dos trimestres consecutivos, circunstancia que en parte se atribuye a la flojedad de las ventas de su producto Creative Suite CS4. Hay que recordar que el capítulo de soluciones creativas aporta el 58% de los ingresos de la compañía. Aun así, las cifras del trimestre cerrado a finales de mayo han sido algo mejores que la pauta anticipada a los analistas bursátiles: 704,7 millones de dólares, una caída del 21%. En la región EMEA, que representa un tercio de la cifra de negocios, la caída fue del 27%. La tendencia de los beneficios ha ido a menos, de 215 a 126 millones de dólares, pese a que se ha conseguido mantener el porcentaje de los costes sobre ventas. Por cierto, no se espera una mejoría en el trimestre en curso, para el que se contempla una horquilla de entre 665 y 715 millones de dólares de ingresos y una fuerte caída de los beneficios.
El consejero delegado, Shantanu Narayen, atribuye la situación al retroceso del 20% en las ventas de CS4, comparadas con la fase equivalente en la vida de la versión anterior. Es evidente que la salida de este producto al mercado, en septiembre, coincidió con la inmediatez de la crisis, pero Narayen se reafirma en su convicción de que la evolución de los medios hacia la producción digital es un fenómeno imparable, que favorece la posición de la empresa cuando se vea la luz de salida de la recesión.