Era inevitable que una entrevista con Gary Shapiro incluyera su punto de vista sobre la guerra comercial multidireccional de Donald Trump, que es especialmente grave porque altera las relaciones con China. Se trata de un asunto delicado para Shapiro, que desde hace 27 años –se dice pronto- dirige la Consumer Technology Association (CTA): con más de 2.200 empresas miembros, es la más genuina representación del sector tecnológico estadounidense, pillado a contrapié por el proteccionismo inspirado desde la Casa Blanca. Pero la conversación tuvo una primera parte en la que el autor preguntó sobre la función más notoria de la CTA, organizar la feria CES que anualmente se celebra en Las Vegas.
Según las previsiones más recientes publicadas por la CTA – que deberían actualizarse los próximos días – la facturación del sector de tecnologías de consumo crecería este año un 3,9%, hasta alcanzar los 351.000 millones de dólares, con un componente mayorista de 266.000 millones. Las premisas del pronóstico son tres, según Shapiro: fortaleza del mercado bursátil, crecimiento del empleo y reglas estables en el comercio internacional.
Se aprecia mucho movimiento en el negocio de las ferias tecnológicas. Las más importantes se extienden fuera de su ámbito original: la IFA de Berlín, creo que es la más antigua, se ha implantado en China y Estados Unidos; el Mobile World Congress ya no tiene como única sede Barcelona. ¿Cuál es el futuro del CES?
Excelente. El mes pasado, por cuarto año consecutivo, el CES Asia de Shanghai ha sido un éxito en todos los sentidos, el evento tecnológico más importante de los muchos que se celebran en China. Tuvimos un crecimiento del 25% en 2018 y nos vimos obligados a dejar fuera a cientos de compañías que querían exponer sus productos.
¿CES Asia es una franquicia o lo organiza directamente la CTA?
Somos propietarios al 100%, aunque tenemos un partner local que nos asiste en los trabajos organizativos. Este año han vuelto compañías estadounidenses, europeas y por supuesto ha habida una gran cantidad de expositores chinos y de otros países de la región. Los focos de atención han sido un poco diferentes a 2017: inteligencia artificial, realidad virtual y aumentada, smart cities […] no tengo ninguna duda de que CES Asia, como el de Las Vegas, se distingue de los eventos que ha mencionado.
¿Quiere decir que no se restringe a la electrónica de consumo?
Hace varios años que la sigla CES dejó de significar Consumer Electronics Show, pero la hemos mantenido como marca. Paralelamente, el nombre de la asociación ha cambiado a Consumer Technology Association (CTA) lo que tampoco es del todo exacto, ya que no nos ocupamos exclusivamente de productos dirigidos al consumidor. Obviamente, el CES tiene un alto componente de B2B. ¿Ha estado alguna vez?
Llevo dos o tres años sin ir. Sinceramente, me abruma el gigantismo […] No hay manera de sentarse a conversar como estamos haciendo usted y yo. Todo es agitación, ir de un edificio a otro, decibelios y colas… malditas colas.
Vaya, vaya, … al menos aceptará que el tamaño es una bendición para nosotros [risas]. Decía un comediante que nadie va a comer a un restaurante que no se llena. En fin, no me defenderé de dirigir el evento tecnológico más grande del mundo. Con todo respeto, ni sumados, los dos o tres que ha citado llegan a equipararse con el CES. ¿Por qué? Porque es capaz de congregar a miles de CEOs, CTOs, CIOs y CMOs que acuden a comprobar cómo cambia el mundo de la tecnología de año en año. En el CES se hace negocio, se aprende, se encuentra socio […] En total, 4.500 empresas en 2018, 180.000 ejecutivos y más de 6.000 periodistas [risas]. Sólo por comparar, la versión americana de IFA ha reunido una cincuentena de expositores en su primera edición.
Son reflejos de las corrientes del mercado: acaba de decirme que el CES es una feria B2B.
Uno de los mayores expositores en 2018 ha sido una vez más Panasonic, una marca que ya no fabrica productos dirigidos al consumidor. O, si lo prefiere, tome otros ejemplos: Intel o Nvidia que no venden nada al consumidor. Podría nombrar compañías que se disputan los mejores espacios en el CES para mostrar su tecnología a otras empresas que podrían transformarlas en productos para todo el mundo.
Hablemos del entorno económico, si le parece. La recesión ha pasado, pero ha dejado un rastro de bajo crecimiento; los indicadores de gasto en tecnología son mediocres […] y ahora nos encontramos con el riesgo de conflictos en el comercio internacional.
Es cierto que en los dos últimos meses se ha contraído algo el crecimiento en Europa y en China, mientras que en Estados Unidos el ciclo es robusto […] En cuanto al comercio, hemos planteado con claridad al presidente Trump la inconveniencia de una actitud proteccionista cuyas consecuencias en ningún caso serán buenas. Es lo que más nos inquieta en estos momentos.
¿Ha recibido respuesta? ¿Tiene indicios de haber sido escuchado?
Desde que Donald Trump asumió la presidencia, incluso antes, le hemos hecho llegar nuestra visión […] Me temo que él mide los efectos de su política a través del comportamiento del mercado bursátil y, por tanto, cree que está obteniendo resultados. Sí la bolsa reaccionase ante los problemas generados por los aranceles, quizá fuera más convincente.
¿Usted cree?
Debo confiar en que no nos asomaremos al abismo en la renegociación con nuestros vecinos México y Canadá, ni en la relación con otros países que son socios comerciales de Estados Unidos. Todo conflicto comercial es una muy mala noticia para la economía mundial. Hemos apoyado algunas de las políticas del presidente Trump y esto nos habilita políticamente para decir que, aunque China no se caracteriza por jugar limpio en el tablero comercial, los aranceles son el peor de modo de presionar. No se trata sólo de China: quisiéramos tener la mejor relación posible con la Unión Europea y en todo momento hemos apoyado el TPTP [Trans-Pacific Trade Partnership] del que la actual administración se ha disociado.
Agradezco su claridad, pero voy a retomar el hilo del mercado, Por ejemplo, smart cities es un concepto en alza pero no es un reclamo para el consumidor; por su lado, IoT tiene mucho más valor profesional que los productos de consumo incipientes
Aunque no lo parezca, coincido con lo que dice [risas] Smart cities es un área importante de innovación, que puede sonar abstracta pero aporta beneficios tangibles a los ciudadanos. A fin de cuentas, ¿qué es un coche autónomo sino una solución para el transporte urbano? En esta escala, son tecnologías de consumo. Para mí, hablar de B2B sólo tiene sentido si al final hay un consumidor. Mire, ayer visité la sede de HP en Sant Cugat, que es su centro mundial de tecnología de impresión 3D. Se lo cuento porque esa tecnología no tiene aplicaciones de consumo. Todavía. Pero cuando despegue en el mercado, su impacto será enorme. ¿Sabe que antes del CES hubo un evento llamado Comdex?
Mi primer viaja a Las Vegas fue para asistir al Comdex. Pero era una feria centrada en el PC, que era el mercado ascendente en aquellos tiempos.
Ahí está… ¿Sabe quiénes acudían al Comdex? Los CIOs, personas de peso en las empresas usuarias de PC? Ahí tiene una muestra de cómo ha cambiado el mercado: muchos productos nacen con un perfil de consumo antes de penetrar en las empresas; hoy, la distinción entre B2B y B2C no es tan relevante.
Bueno, el Comdex desapareció. En Europa, el CeBit, que se le parecía bastante, ya no tiene atractivo. Mientras, el Mobile World Congress ha cogido una fuerza impresionante
Impresionante, esa es la palabra. Creo que se debe a la amplitud de miras de sus organizadores. Nunca ha sido un escaparate de móviles, del mismo modo que el CES no es un muestrario de ordenadores. Pienso que son los dos eventos tecnológicos más importantes y esto exige responder a las tendencias globales. Esto no impide que afloren eventos verticales que son representativos en sus campos.
En el CES de este año ha habido muchas novedades, quizá más que nunca. Cinco meses después, no sé si se puede identificar un producto estrella. Me queda la sensación de que muchas tecnologías no llegan a despegar realmente en el mercado, se quedan en la fase del entusiasmo. ¿Es bueno o es malo?
No creo que recordar un producto estrella sea un signo definitivo de su interés; toda tecnología requiere tiempo. Si hubiera estado dormido durante veinte años y me despertara en este momento…
[risas] Lo preguntaré de otro modo. Creo que hay ciclos identificados con determinadas categorías: PC, televisor, smartphone […] Son las tres primeras en facturación, aunque han desacelerado su crecimiento.
Han nacido nuevas categorías que, gracias a las tecnologías digitales, crean áreas de mercado: los drones, la realidad virtual y aumentada, los wearables, los dispositivos para la salud individual…
¿No hay un exceso de expectativas? Acabamos de saber que el mercado de PC ha vuelto a crecer por primera vez desde 2012, pero a su lado el de tabletas se ha hundido… y el de smartphones espera que un nuevo ciclo de novedades reanime las ventas […]
Estamos de acuerdo en que las expectativas no siempre se traducen en ventas […] Aun así, nunca en la historia han aparecido tantas tecnologías juntas como en estos años. Es cierto que la industria no siempre acierta: cuando salió la TV 3D, me pareció que no reactivaría la demanda de televisores… me reprocharon haberlo dicho, pero al final resultó que tenía razón […]
¿Es sostenible el crecimiento actual?
Si hablamos de crecimiento, consideremos dos factores: uno es el impacto de los productos y otro la economía en su conjunto. Hemos hablado más del primero que del segundo, me temo. Como ha dicho antes, la recesión ha pasado, pero no perdamos la perspectiva: esta industria se asienta sobre un ciclo que en los dos últimos años se ha acelerado. Dejando aparte el riesgo inherente a una guerra comercial, soy muy optimista.