Cisco Live cumplía 25 años, y festejó el aniversario a lo grande, llenando hasta la bandera el Moscone Center de San Francisco. Pocos días habían pasado desde la presentación de resultados, que por tres trimestres consecutivos han registrado caídas en los ingresos de la compañía, pero John Chambers, su CEO durante 19 de esos 25 años, tenía un mensaje para los 25.000 asistentes: el futuro es brillante para Cisco, pero la industria de las TI camina hacia una «brutal» consolidación: «esas grandes compañías que venden productos, en lugar de arquitecturas, tendrán serios problemas, y quedarán atrapadas entre Cisco por un lado, y los vendedores de marca blanca por otro», predijo. Citó expresamente a HP e IBM.
El veterano CEO, [que por enésima vez tiró balones fuera cuando, en un encuentro con la prensa, volvieron a preguntarle por sus planes sucesorios] lleva más de un año explicando por el mundo lo importante que para Cisco es involucrarse en el avance del Internet de las Cosas [que él eleva un escalón al hablar de Internet of Everything, IoE], como culminación de un ciclo que ha vivido cuatro fases sucesivas: 1) conectividad, 2) economía en red, 3) redes sociales y 4) movilidad y cloud.
Recordó Chambers que Gartner publicó en marzo un informe en el que subraya el «potencial transformador [de IoE] sobre el datacenter, los clientes, los proveedores de tecnología y los modelos de marketing». La consultora ha estimado que en 2020 habrá 26.000 millones de dispositivos y objetos conectados, y que para la industria de productos y servicios de TI esta explosión incrementará sus ingresos en más de 300.000 millones de dólares. Cisco se coloca en primera fila para capturar esa oportunidad: en su visión, aumentarán la complejidad y la necesidad de interoperabilidad, y esto a su vez requiere no sólo conectividad sino una revolución de la arquitectura, para la que se siente preparada.
Un punto crucial de las presentaciones y debates de Cisco Live fue SDN (software defined networking), concepto que muchos comentaristas – y competidores – han descrito como una amenaza a los márgenes de que Cisco ha disfrutado por años, ha sido adoptada tarde por la compañía que preside Chambers. Para contrarrestar el riesgo de que la virtualización de las redes disminuya la demanda de sus switches de alto precio, ha lanzado su familia Nexus 9000, pero esta transición tarda en reflejarse en los resultados económicos. Kelly Ahuja, VP senior a cargo del grupo de movilidad, dijo en una sesión paralela que «la virtualización es un campo todavía virgen, pero desafortunadamente no se parece al mundo en que vivimos: tenemos que gestionar la tecnología existente a la vez que construimos una nueva generación de redes virtualizadas, y SDN puede permitirnos mezclar equipos nuevos y viejos». Según Ahuja, la virtualización puede ayudar a los proveedores de servicios a economizar el 65% de opex y a aumentar un 15% sus ingresos, y las empresas clientes de esos proveedores podrían ahorrar un 70% en sus operaciones.
¿Hasta qué punto esa iniciativa es un contrataque contra la entrada de VMware en el terreno de Cisco?, preguntó una periodista que llevaba aprendida la cartilla. «De eso nada – respondió raudo un directivo del equipo de Ahuja – la verdad es más sencilla: nos gusta mucho VMware, son gente encantadora y muy lista, sólo que nosotros somos mejores». Un modo de salvar las formas, explicable porque ambas compañías están unidas, junto con EMC, en la alianza VCE.
Anécdotas a un lado, en Cisco Live se demostraron herramientas de integración de redes físicas y virtuales; es el concepto ACI (Application Centric Infrastructure), un software cuyo propósito es cubrir una transición que se caracteriza – lo había dicho Chambers y lo repitió Ahuja – porque los operadores son menos audaces en sus inversiones en hardware y se toman tiempo para considerar las alternativas de virtualización .
Aquí viene a propósito la aparición de una expresión verbal que, se espera, va a impregnar de ahora en adelante el discurso de Cisco, ´Fog Computing`. La «niebla envuelve y envuelve a la nube», explicó a este blog un diligente ejecutivo, por si la paráfrasis no había quedado clara: «en este paradigma, el cloud y sus servicios se extienden a los límites de la red para hacer más fácil manejar los grandes volúmenes de datos en un mundo altamente conectado». Decididamente, Cisco tendrá que afinar la pedagogía, pero así empieza a entenderse mejor su ambición de no verse acotada en su oficio tradicional.
Esta disquisición sobre nieblas y nubes añade color metafórico a la estrategia de Cisco en la dura competencia que libran entre sí los proveedores de servicios cloud, en la que la compañía no va a entrar. Su estrategia se llama Intercloud, fue anunciada en marzo y el ejecutivo antes citado la definió al cronista como «una red de nubes, un modelo asimilable a las alianzas entre compañías aéreas». En la práctica, Intercloud funcionaría como una propuesta a los proveedores de servicios – normalmente clientes de Cisco en otras áreas – para que concierten sus esfuerzos, ya que individualmente no tienen la capacidad necesaria para enfrentarse a las plataformas de Amazon Web Services o de Microsoft Azure.
En este apartado hay que apuntar el contundente desmentido de Chambers a los rumores que le atribuyen interés eventual en adquirir Rackspace, proveedor estadounidense de cloud que explora opciones de ´partnership estratégico`. «Los retos que plantea el negocio cloud – dijo – no encajan en nuestro modelo de adquisiciones. Es un mercado muy sensible al precio, dominado por gigantes como Amazon, Microsoft o Google; no nos interesa entrar en ningún mercado que no nos ofrezca oportunidades realistas de ganar una cuota del 40% con una diferenciación sostenible».
Otra novedad del evento fue el nuevo perfil de la solución de colaboración de Cisco. En esta ocasión, presentó dos piezas de hardware y una oferta de servicio. El hardware está pensado para que la videoconferencia sea más asequible, atractiva y práctica, y empaqueta funciones que hasta ahora obligan a usar varios dispositivos. Se trata de dos monitores all-in-one en distinto formato, que conjugan una unidad de videoconferencia con una tableta táctil Android. Esta última filiación tiene su importancia: permite ejecutar aplicaciones de naturaleza vertical – disponibles en Google Play – e integrarlas para su uso en reuniones a distancia. Al mismo tiempo, se anunció un servicio de meeting room alojado en la nube – en la práctica, una extensión de WebEx – que asigna un espacio virtual a cada individuo y al que se puede acceder desde distintos dispositivos.
[informe de Mario Kotler, desde San Francisco]