15/01/2016

CES 2016: Samsung explora otras galaxias

No era el lugar ni el momento para presumir de un nuevo smartphone: Samsung tiene previsto presentar su nuevo Galaxy S7 en febrero, en Barcelona. Pero el CES de Las Vegas era el escenario idóneo para anunciar al mundo que la compañía coreana no se duerme en los laureles y que su futuro inmediato pasa por crear dos ´ecosistemas abiertos`, uno en torno a sus dispositivos Galaxy y Gear, y otro bajo el paraguas del Internet de las Cosas. Los altos directivos presentes abundaron en prometer un mayor énfasis en el software y los servicios; «el entorno nos obliga a competir por vías que no habíamos explorado en el pasado», declaró por esos días a Bloomberg el vicechairman y co-CEO Kwon Oh-Hyun.

Won-Pyo Hong

Won-Pyo Hong

No es la primera vez que se enuncia esa idea, pero las circunstancias son, efectivamente, otras. Samsung Electronics ha anticipado que su beneficio operativo del cuarto trimestre ha crecido un 15%, añadiendo que esta recuperación – después de dos años decepcionantes – es todavía frágil en tres negocios cardinales para sus resultados: smartphones, televisores y semiconductores.

Según el tradicional informe de GfK para el CES, el año pasado se habrían vendido 1.309 millones de smartphones en todo el mundo, un 7% más que en 2014, y para este año se espera llegar a 1.414 millones de unidades, otro empujoncito del 8%. Otra consultora, IDC, estima que las cifras serán un poco más altas, en torno al 10% pero en todo caso lejos del 24% del año precedente. Agrava las cosas el descenso del precio medio, que en 2015 se ha quedado en 305 dólares, contemplándose otro bajón en 2016, hasta 283 dólares. Como líder del mercado mundial que es, con un 24% de cuota, es verosímil que Samsung sufra un castigo proporcional.

Con base en los resultados preliminares del cuarto trimestre, Bernstein Research calcula que Samsung habrá vendido 85 millones de smartphones en todo el mundo, aproximadamente los mismos que en el periodo anterior. La ralentización general, a la que ninguna marca es inmune, sugiere que Samsung no ha cometido errores graves en su estrategia con la gama Galaxy; simplemente, hay un ambiente apático entre los consumidores. Y como, al parecer, Apple ha recortado sus pedidos de componentes para los próximos meses, la consecuencia es que se resienten las ventas de chips que Samsung suministra a su rival.

Una parte de la estrategia futura anunciada en el CES pasa por expandir lo que desde ahora se denomina ´ecosistema Galaxy`, formado no sólo por smartphones y tabletas sino ampliado con portátiles, relojes ´inteligentes`, gafas de realidad virtual y auriculares. Las últimas novedades son el smartwatch Gear 2, con diseño más clásico que sus antecesores, y el Tab Pro 5, portátil convertible muy parecido al Surface 4 de Microsoft y que también funciona con Windows 10. También se anunció una cámara profesional de realidad virtual, automática, que graba en 360 grados, pero está menos claro cuándo se pondrá a la venta.

Estos nuevos miembros del catálogo se complementan con un despliegue de plataformas, sistemas de seguridad y alianzas con terceros para desarrollar aplicaciones que redondean su mercado. Hace un par de años, Samsung anunció una plataforma de almacenamiento en la nube cuya seguridad está en la base de Samsung Pay, sistema de pago móvil que pronto llegará a España, cuando se cierren los acuerdos con entidades financieras. Tiene lógica pensar que cuanto más atractivos sean sus servicios, más influirán en las ventas de dispositivos.

La otra gran apuesta, que esbozó en Las Vegas el presidente de Samsung SDS, Won-Pyo Hong, se basa en la inclusión del protocolo IP en cualquier dispositivo de la compañía, una estrategia que ya había sido enunciada el año pasado en el mismo escenario sin que entonces llamara demasiado la atención. Doce meses después, es esencial. Uno de sus pilares es un chip – informalmente, un bioprocessor – capaz de rastrear y procesar datos sobre la salud y actividad física del usuario. Ya en septiembre, en la feria IFA de Berlín, se pudo ver un curioso dispositivo que, escondido bajo la almohada, analizaba el descanso nocturno del usuario y recomendaba pautas de mejora. Por lo que se ve, Samsung prepara una amplia cartera de productos orientados a la salud y el fitness.

En línea con lo anterior, Hong habló de «ecosistema IoT abierto» que, aseguró, «deberá estar en sintonía con cada aspecto de nuestra vida cotidiana». Esencialmente, se trata de un fruto de la compra en 2014 de Smarthings, startup cuya credencial era el haber diseñado un sistema para conectar diversos dispositivos existentes en un ´hogar inteligente`, con sus correspondientes servicios y aplicaciones. WP Hong destacó que, con sólo 48 empleados, Smarthings ha reclutado 20.000 desarrolladores, y ya existen dos centenares de dispositivos compatibles con su software. En el CES de este año pudo verse un adaptador USB, Smarthings Extender, que se distribuirá gratuitamente con la nueva línea de televisores SUHD de Samsung y que permitirá comunicar diversos artilugios diseñados para el hogar (por ahora de su marca y más adelante de otros fabricantes).

Con estas novedades y otras que se dejaron ver en la trastienda, el oT va adquiriendo otro perfil, se diría que más doméstico y que Hong prefirió traducir como Internet of Real Things. La clave de sus esperanzas está en las alianzas abiertas, con la finalidad de promover un concepto que llamó IoTvity [¿ioactividad?] . En el abigarrado stand de la marca coreana se exhibía un muestrario de proyectos de su Creative Lab. El más llamativo, aunque aún no comercial, es un cinturón llamado WELT [acrónimo de Wellness Belt], que tiene la virtud de conectarse con el el smartphone para ´chivarse` de cuántos pasos ha dado el usuario, cuánto tiempo ha estado sentado y – cómo no – cuánto crece o decrece su cintura por efecto de su actividad o inactividad.

Por muy habitual que sea el impostado entusiasmo característico de toda presentación de productos, las novedades no alcanzan a disimular los problemas que afronta Samsung Electronics (y la industria). Según el corresponsal del Wall Street Journal en Seúl, en su mensaje de fin de año, el co-CEO Kwon oh-Hyun avisó a los ejecutivos de la compañía que «en el mejor de los casos, la economía global tendrá un crecimiento tibio este año; vemos con preocupación la incertidumbre que prima en los mercados emergentes».

La plana mayor de Samsung Electronics se personó en el CES. Una de las declaraciones más conspicuas la pronunció otro co-CEOs, Boo-Keun Yoon: en esta nueva etapa, la compañía tiene mucho que aprender del Silicon Valley e invertir en adquisiciones que aumenten su capacidad de innovar. «Si sólo miramos hacia dentro – dijo – no podremos seguir la velocidad de los cambios que se están produciendo; sólo con nuestro esfuerzo no podríamos abarcarlo todo». Como parte de esa mirada hacia fuera que recomienda, BK Yoon y sus colegas han tomado la decisión de pasar una quinta parte de su tiempo en la nueva sede inaugurada por Samsung al norte de San José, que los residentes han bautizado como ´el cubo de Rubik`. Un apodo oportuno.

[informe de Lluìs Alonso]


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