El viernes 24, Apple cerró su año fiscal 2010, pero los comentaristas llevaban semanas sosteniendo que para ese día habría batido el récord de 300 dólares por acción. Poco le ha faltado, menos de 8 dólares, pero sólo es cosa de días. La euforia prosigue, en espera de conocer los resultados, pero hay unanimidad en que al final de año estará en 340/350 dólares, o más. A estos precios, su valor en bolsa sería pronto el más alto del mundo, superando a ExxonMobil, que este año lleva una caída del 12%. Parece tan lejano aquel día de abril en el que Apple empató la capitalización bursátil de Microsoft, de la que ya se distancia en 52.000 millones de dólares, un acelerón en cinco meses.
Pero el lunes, al abrirse la sesión en el Nasdaq, se produjo un fenómeno inaudito, la brusca caida de Apple, que en pocos minutos perdía un 5% de su cotización: tras abrir a 290,70, cayó en 3 minutos a 275, un microcrash altamente sospechos. El rastreo de su origen conduc e a un blog de chismorreo bursátil, Fly on the Wall, que para regocijo de los especuladores a corto, echó a rodar un bulo según el cual Tim Cook, mano derecha de Steve Jobs, sería anunciado esta semana como nuevo CEO de HP. Los analistas más próximos a Apple desmintieron el rumor de inmediato, y la acción recuperó la normalidad, cerrando la jornada con una inercia bajista del 1%. El susto, en todo caso, ha dejado en claro que la sucesión de Jobs sigue siendo un tema explosivo.
A lo que íbamos. Los analistas suman argumentos a favor de una escalada de Apple en bolsa en las próximas semanas: la demanda del iPad crece cada día, y a ello contribuyen dos factores: la internacionalización y una logística que ha permitido elevar la fabricación a dos millones de unidades mensuales. Las estimaciones de ventas en el ejercicio 2011 oscilan entre 28 y 35 millones de unidades. Es cierto que se observan síntomas de canibalización de los modelos más baratos de Mac, pero incluso en ese caso la diferencia de márgenes sería positiva, y peor les está yendo a los fabricantes de netbooks.
Chris Whitmore, que trabaja para Deutsche Bank, deja constancia de que Apple ha creado una estructura de ventas y distribución para aumentar la penetración de sus productos en las empresas, uno de sus puntos débiles. Pero no pueden esperarse efectos a corto plazo.
Las ventas del iPhone 4 siguen dando satisfacciones, y nadie recuerda ya el escándalo antenagate. El iPod, con una renovación profunda de la gama de modelos debería ser un éxito de las próximas navidades, y sólo queda la incógnita que rodea al nuevo Apple TV. Una acumulación de buenas noticias, y un pronóstico: incluso con las previsiones normalmente conservadoras de Apple – 18.000 millones de ingresos de julio a setiembre – el ejercicio se habría cerrado con unos 62.000 millones de dólares de ventas, un 72% más que el año pasado. Mejor, imposible.