Por primera vez, Intel dispone de un microprocesador con posibilidades reales de abrirle las puertas de un mercado que se le escapó hace años, los ubicuos smartphones, y dar batalla contra la hegemonía de la británica ARM, suministradora prácticamente de toda la industria. Sin apartarse de la arquitectura x86, e inscritos como miembros de la familia Atom, los recién llegados Z6 traen como primer reclamo el ahorro de energía y una mejora en la vida de la batería. Su destino más probable debería estar a medio camino entre los smartphones y los netbooks; en otras palabras, en los fabricantes que quieren sumarse a la moda de los tablets, para no dejar que Apple se les escape.
Con ocasión de la presentación de los buenos resultados trimestrales de Intel, la única pega que pudieron poner los analistas fue la desaceleración en las ventas de Atom, problema que atribuyeron a la ausencia de una gama de bajo consumo. Paul Otellini, CEO de la compañía, adelantó que a partir de junio saldrían al mercado “nuevos factores de forma” basados en la próxima generación, que responderían a esa necesidad de la industria. Es lo que se prepara a partir del anuncio de esta semana. Las bazas de los nuevos Atom no son menores: soportan multitarea, vídeo 1080p, gráficos 3D y otros rasgos más propios de un PC.
De los dispositivos que han de traducir la alianza sellada entre Intel y Nokia, poco o nada se sabe, salvo que llevarán estos nuevos Atom Z6xx, y estarán basados en el sistema operativo MeeGo. Ninguna otra marca ha manifestado sus intenciones hasta ahora. Tal vez HP podría enrolarse cuando retome el Slate . Llamativamente, sólo se han mostrado dos prototipos, un tablet del ignoto fabricante Open Peak (en la foto) y un smartphone del finlandés Aava, que no parecen tener otro porvenir que la producción de dispositivos de marca blanca para operadores. La compatibilidad con Android podría ser mucho más interesante para el desarrollo de uno o más tablets en condiciones de competir con el iPad.
Tras su acierto al lograr que sus primeros Atom impulsaran el despegue de la categoría netbook, hoy popular, Intel llega demasiado tarde al banquete de los smartphones. La comparación no es caprichosa: en el CES de enero 2010, la compañía introdujo su arquitectura Moorestown, cuya virtud es ofrecer capacidades propias de un netbook en plataformas más pequeñas y con bajo consumo. Los tres Z6xx presentados esta semana son exponentes de esa arquitectura y de su rendimiento. Según Intel, son capaces de diez días en standby, hasta dos días de audio y de tres a cuatro horas de vídeo sin recargar la batería.
Para los consumidores, el clásico lema Intel Inside está asociado a los PC, sean de sobremesa o portátiles, pero no lo relacionan con los teléfonos móviles. El espacio de los llamados smartphones está casi completamente ocupado por ARM. Con la diferencia de que no se trata de un fabricante sino de un estudio de diseño de chips al que acude prácticamente toda la industria. Por ejemplo, el iPhone 3GS está equipado con un procesador Cortex-8 fabricado por Samsung pero diseñado por ARM, mientras que el iPad lleva en las tripas un Cortex-9, en este caso fabricado por una reciente filial de Apple. Otros dispositivos recientes, de Motorola y HTC, acogen diseños de ARM para la plataforma Android. No están solos: entre los rivales que encontrará Intel en esta aventura, se encuentran Qualcomm y Texas Instruments. Una situación a la que ciertamente no está acostumbrada.
Conviene no precipitarse con el diagnóstico. Ningún fabricante de primera fila, aunque quisiera, podría hoy mostrar gadgets construidos con los nuevos Atom: el ciclo de desarrollo de un smartphone dura entre doce y dieciocho meses. Los Atom Z6xx conocidos esta semana son sólo los primeros miembros de una nueva generación, todavía fabricada con una densidad de 45 nanómetros, que se enriquecerá el año próximo con más parientes salidos de procesos de 32 nm. En ese lapso, Intel pretende adquirir una ventaja de costes que hoy no resulta evidente.
Un informe de Morgan Stanley pronostica que el estreno de Intel en los smartphones será lento: “las entregas en el período 2010/11 no excederán los 10 millones de unidades” pero añade: “si el mercado sigue moviéndose hacia dispositivos móviles de altas prestaciones, entonces Intel tiene una ventaja que procede de su experiencia y recursos”.