Uno de cada cinco móviles que se venden son smartphones. Bueno, no exactamente: el 18%, pero al paso que van ya deben andar por el 20%, y a finales de año podrían llegar al 30%, según pronostican analistas y fabricantes. A esta categoría se debe la reanimación del mercado durante el primer trimestre. Se vendieron 53,7 millones de unidades, un 45% más que en igual período de 2009, y la industria les debe que el precio medio no se derrumbara en los largos meses de recesión. La cifra progresará en los próximos meses, pero el nivel de precio bajará, en aras de la conquista de nuevas capas de usuarios. Las consecuencias se harán sentir sobre el mapa del sector.
Todos los ojos estarán atentos a la carrera entre BlackBerry [10,6 millones vendidos] y Apple [8,8 millones]: mientras la primera ha bajado seis décimas, la marca de la marca de la manzana ha subido seis puntos. Y, como el fabricante canadiense ha irrumpido entre los cinco primeros de la tabla general del sector, bastaría con que Apple cruzara la barrera de los 10 millones para que el ranking tuviera otro vuelco en los próximos meses.
¿Ocurrirá? En junio Apple presentará su nuevo iPhone, para el que circula un apelativo equívoco: 4G. Equívoco porque, que se sepa, las redes de cuarta generación son todavía embrionarias, aunque sí es cierto que se trataría del cuarto modelo desde 2007. En esa perspectiva se alinean las estrategia de todos los competidores, en primer lugar la de BlackBerry, que venderá cara su preeminencia en el mercado.
El extraño barullo que se ha montado acerca del prototipo extraviado en un bar y por el que la web Gizmodo habría pagado 5.000 dólares, no ha ayudado a que se conozcan detalles más precisos, pero ha tenido un efecto mediático innegable. En esta industria, el llamado “ciclo de refresco” es una regla que vale para otros, no para Apple, que hasta ahora ha sabido regular el impacto de cada nuevo modelo. En cualquier caso, la internacionalización del iPhone será un factor decisivo, y si prosigue el ritmo de la demanda china, el asalto al podio es cuestión de tiempo.
Blackberry ha mantenido un ritmo de ventas asombroso: 68,9% de incremento, que se dice fácil, pero no todos sus modelos han tenido la misma suerte. Seguirá creciendo a buen ritmo, pero difícilmente aguantará la ofensiva de Apple. Su nuevo sistema operativo OS6, diseñado para competir directamente con el iPhone en el segmento de consumo, tiene una pinta excelente, a juzgar por lo visto y será la carta a jugar a partir del tercer trimestre. Se confirma una disyuntiva que trae de cabeza a la industria: echar el resto para anticiparse al nuevo iPhone – riesgo de que la repercusión sea efímera – o dejar que el adversario mueva primero para responder después con un dispositivo comparable.
Nokia sigue encabezando el ranking de ventas de smartphones, con un 63,7% más de ventas. Con el nuevo sistema operativo SymbianÙ3, también postergado unos meses, cree estar en condiciones de responder a los movimientos que se avecinan. Pero hay otra partida sobre la mesa: hay muchos indicios de que la disputa entre iPhone y Android sólo puede agudizarse, y más rápidamente de lo esperado. La maniobra de Google con el Nexus One ha fallado, y ahora toca mover alfiles, HTC en primer término.
Con el embrollo de patentes en ascuas, HTC tiene más ganas que nunca de competir con Apple. Las cifras del primer trimestre son para estar contentos: 3,3 millones de smartphones vendidos (37% más), y entre abril y junio podría estirarse otro 50%: unos 4,5 millones. Mucho tiene que ver en ello la nueva camada de Android. El catálogo se ha remozado – por ahora, no en España – con cuatro “superphones”, entre ellos el que se vende en Estados Unidos bajo el nombre de Incredible, y al que los comentaristas adjudican superioridad de prestaciones sobre el iPhone. Aunque HTC podría batir este año su récord de facturación, lo más a que puede aspirar es a mejorar su cuota de mercado hasta el 10%.
Otras marcas, que el estudio de Strategy Analytics no individualiza, terciarán en estos movimientos, en especial Samsung. Neil Mawston, director de esta consultora, piensa que durante el resto del año, el mercado se moverá en dos direcciones a la vez: una persecución de las prestaciones premium, y otra de volumen. Con un parque de 400 millones de smartphones para 4.600 millones de usuarios de móviles, las compuertas del crecimiento están abiertas.