Ha sido casi una vida: veinte años de colaboración entre HP y Cisco (o entre Cisco y HP) se cerrarán el mes próximo de la peor manera posible, entre reproches mutuos. Como suele suceder en los divorcios, es difícil apreciar quién empezó, y engañosamente fácil decir que la ruptura se veía venir. Dejando a un lado la metáfora, la noticia es esta: Keith Goodwin, vicepresidente senior de Cisco, ha contado en su blog que el contrato por el cual HP venía actuando como global alliance partner de Cisco, no será renovado a su extinción, el 30 de abril. HP ha criticado la decisión por ser contraria, dice, al interés de los usuarios.
“Durante los últimos años – describe Goodwin – nuestras respectivas visiones del mercado han entrado en conflicto”. Hay una incomodidad manifiesta: el estatus contractual de HP obliga a Cisco a facilitarle información confidencial, incluida una hoja de ruta de sus productos y los incentivos económicos al canal. “En vista de la evolución de nuestras relaciones, no tiene sentido mantener esas prácticas”.
Las infidelidades de los socios eran conocidas, y el desenlace se esperaba desde que, a poco de llegar Mark Hurd al comando de HP, ordenó acelerar el desarrollo de su línea de hardware ProCurve para ganar autonomía con respecto a Cisco y sustituir gradualmente los productos de esta, líder mundial de networking, por otros de concepción propia. La intersección de trayectorias se hizo patente el año pasado, cuando Cisco anunció que entraría en el negocio de servidores, y unos meses después firmó una alianza con EMC y VMWare ; casi al mismo tiempo, HP replicaba comprando 3Com .
De tal manera, los antiguos socios se convirtieron primero en competidores, luego en adversarios y, finalmente, en enemigos. A los memoriosos, el episodio nos ha recordado la ruptura entre HP y EMC, su hasta entonces suministrador de almacenamiento; hoy HP tiene su propio catálogo de estos sistemas, y un acuerdo marco con Hitachi.
Formalmente, HP ha ratificado que seguirá dando soporte a los entornos heterogéneos de sus clientes, “optimizándolos para trabajar con todas las plataformas de networking”. Mantener la compatibilidad es esencial porque, en la práctica, HP necesita más a Cisco que Cisco a HP: le llevará tiempo digerir la integración de 3Com: según los estudios de mercado, Cisco controla más del 70% del mercado de switches de Ethernet, seguida a distancia por HP y 3Com. Se puede suponer que los dos polos tratarán de reforzarse disputándose la adquisición de empresas pequeñas y afines; una carrera que puede haber comenzado con el acercamiento entre HP y QLogic, especialista en fibre channel, una gama que hasta ahora compraba a Cisco.
Una de las consecuencias del divorcio será que cada campo se esforzará para asegurarse la lealtad de su canal de distribución, si bien es cierto que hay poca redundancia entre ellos. Sería lógico esperar una batalla de precios, hasta ahora con sordina, en un segmento de mercado que se caracteriza por la holgura de márgenes. Al parecer, un arma de HP será la garantía vitalicia, por contraste con los contratos de mantenimiento que prescribe Cisco.
Una interpretación más amplia de la noticia debería llevar a considerar si no estamos ante una fase de “re-verticalización”, apunta la consultora británica Ovum. Los mainframes y minicomputadores de arquitecturas cerradas dieron paso desde los 80 a sistemas descentralizados, lo que permitió a los departamentos de TI sacar ventaja de los componentes estándar. Ha llegado un momento en el que muchos reconocen la necesidad de reconfigurar los centros de datos, y esto ha empezado a afectar el juego de alianzas que se tenía como algo corriente. Tanto HP como Cisco decidieron un día cazar en el monte del vecino, y eso no podía acabar bien.