Se necesita un cierto autocontrol para no dejarse avasallar por el tema dominante de la semana, los resultados que Apple presentará mañana, miércoles por la noche. Cada analista profesional y una multiud de amateurs ha comunicado al mundo sus pronósticos. Cuando se publiquen, las cifras – no los pronósticos – deberían ayudar a despejar al menos tres incógnitas: 1) ¿cuántos iPhone 5 se han vendido en el último cuarto del 2012?, 2) ¿el éxito aparente del iPad Mini se ha logrado a costa de recortar las ventas del iPad mayor?, y 3) ¿habrá bajado el margen bruto, un síntoma crucial para una compañía que se ha colocado en un plano muy superior al de sus competidores? Y la madre de todas las preguntas: si, como apuntan algunos, los resultados económicos serán históricos, ¿cómo explicar que la acción de Apple no consiga escapar de la zona de los 500 dólares, después de haber tocado techo con 700?
Desde luego, no tengo respuestas, ni creo que las noticias del miércoles sean concluyentes. En eso pensaba cuando, en mi grupo de Harvard Business Review en LinkedIn, tropecé con un debate que toca tangencialmente esas cuestiones: ¿debería Apple sacrificar la ganancia potencial de cuota de mercado para defender sus precios, beneficios y margen, que como es sabido están por encima del resto de la industria? El introductor del problema lo plantea así: «los productos de Apple no necesitan presentación para ser bien recibidos en ningún mercado, pero hay otras marcas cuyos productos, sin ser mejores, son competitivos, y esta circunstancia pone a Apple frente a ese dilema».
Las opiniones del grupo tienden a ir en una dirección: históricamente, el supuesto dilema sólo se les ha presentado a las compañías de altos márgenes, y ninguna experiencia demuestra que sacrificarlos para ganar cuota haya sido una decisión sostenible en ninguna de las dos variables. «Es preferible dejar a los competidores esa parte del mercado que a la postre no es rentable», afirma un interlocutor, mientras otro razona así: «ya quisieran esos competidores de los que hablas estar ante el mismo dilema».
Cambio de tercio, pero no de faena. Hoy mismo presentará sus resultados Google, y es por lo menos llamativo que como aperitivo haya advirtiera a los analistas que no deberían apuntar demasiado alto en sus previsiones, debido a la transición que aún colea sobre la integración y desinversión en Motorola Mobility. Google quisiera evitarse situaciones como la del trimestre anterior. Esta semana también van a presentar sus resultados IBM y Microsoft, dos compañías bien distintas de las mencionadas pero que darán una perspectiva más amplia de la situación del sector.